A Pepe Torres, gracias
Hace unas semanas los medios de comunicación de la isla informaban sobre el cambio de dirección en la Cámara de Comercio de Lanzarote, justo en ese momento, al enterarme de que mi buen amigo Pepe Torres no continuaba en el cargo que había desempeñado durante los últimos 10 años con excelentes resultados, me venían a la cabeza numerosos encuentros y reuniones que hoy influyen positivamente en la vida de todos los que aquí residimos.
La presidencia de Pepe Torres al frente de la Cámara de Comercio ha sido realmente notable en la gestión, siempre motivado por las ganas, por el ímpetu y por las ideas de un trabajador incansable. Cuando Pepe accedió al cargo de presidente de la Cámara de Comercio de Lanzarote lo hizo con un equipo humano insuficiente, en unas instalaciones impropias de la representatividad del empresariado local y con un programa de acción, que si bien servía para los primeros pasos de la entidad de utilidad pública, se habían quedado ya algo desfasados.
Pero Pepe, y quien lo conoce sabe que es verdad, no se rindió, dejó una Cámara moderna, una verdadera herramienta de utilidad para pequeños emprendedores, autónomos y pymes. Estableció grandes líneas estratégicas relacionadas con las energías renovables, relacionadas con la desburocratización de acceso al mundo empresarial por parte de quien quisiera emprender, consiguió que la Cámara de Comercio fuera además un ente que sirviera de formación y preparación convirtiéndose así en un centro más de la promoción de la formación y la educación en Lanzarote. Creó un vivero empresarial modélico que hoy alberga numerosas empresas punteras de Lanzarote y muchas iniciativas más que a día de hoy ya se me escapan.
Desde el punto de vista político, la Cámara bajo su presidencia, también ha estado del lado de aquellas reivindicaciones que la isla ha tenido con respecto al Gobierno Regional y al Gobierno Nacional, es decir, no se ha puesto de perfil ante retos insulares.
Pero si con algo me quedo de Pepe y de todo su equipo, que afortunadamente continuará en la Cámara, fue la de tener a los mejores aliados, de tener la certeza de contar con profesionales a mi servicio cuando así lo necesite en mi etapa de Senador por Lanzarote para defender aquellos temas que eran de vital importancia para nuestras islas. Siempre encontré en la Cámara y en Pepe ayuda, colaboración y documentación de carácter técnico para reforzar mis posiciones en el Senado.
Muchas fueron las reuniones a las que fuimos juntos para conseguir beneficios a la isla de Lanzarote, ejemplo de ellos fue nuestra estrategia acertada para conseguir los 22 de millones de euros para el Puerto de los Mármoles con el Ministro de Fomento, hoy ejecutado a la mitad tras la obra del cierre sur, la petición de la creación del Juzgado de lo Contencioso Administrativo en la isla, el famoso PIF en el Puerto, el blindaje de la línea marítima con la península, entre otras muchas acciones solicitadas en aquella etapa.
Más allá de las horas de vuelo y del trabajo realizado puedo decir humildemente que hicimos un buen equipo y que aprendí mucho de su trabajo y de su pasión por cumplir objetivos. Me despido con una frase de J.F. Kennedy que me parece justa para la ocasión ya que no he visto a ninguna institución agradecerle su trabajo y su esfuerzo realizado incluso a costa de su propia empresa y recordando que sus más de 10 años se han realizado sin remuneración económica, es decir, rozando la filantropía. “Debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas”.
Gracias Pepe.