Opinión

El socavón de El Golfo y la cultura de la inacción

El socavón de El Golfo y la cultura de la inacción

Hoy quisiera dirigirme a ustedes con una preocupación, que si no fuera por lo irónico del asunto, podría resultar casi trágica. Me refiero, por supuesto, al esperadísimo arreglo del socavón (con v) de la carretera de El Golfo, que tras meses, o mejor dicho, años de espera, parece haber encontrado el lugar perfecto en nuestra Isla: un status de permanencia que ni la obra más ambiciosa de César Manrique podría haber imaginado.

Es curioso, ¿verdad?, a lo largo de los años, hemos sido testigos de cómo se desarrolla el arte de la “inacción” en el Cabildo de Lanzarote. No quiero ser injusto; este socavón ha resultado ser una obra de arte contemporáneo que, de no ser por su nociva presencia, podríamos exhibir en una galería cualquier domingo por la tarde. Tal vez, con un poco de suerte, algún turista despistado llegue a pensar que se trata de una instalación pensada para hacernos reflexionar sobre la precariedad de las infraestructuras.

Y ahora, para añadir más sabor a este festín de ironía, llegamos al tema de la financiación. Se ha presentado el proyecto de rehabilitación cuatro años después de la incidencia, pero ahora el problema que anuncia el presidente del Cabildo de Lanzarote es que no hay financiación posible. No es que no tengamos dinero, o cómo podríamos permitirnos gastar millones en festivales, fiestas y eventos convertidos en el alma de nuestra Isla, porque si hay algo que Lanzarote ha aprendido a hacer bien, es celebrar todo lo celebrable. En un año podemos conseguir un despliegue monumental de eventos que llenan las calles de color y música, pero reparar el socavón de la carretera de El Golfo... ¡eso es otra historia!

Entre los entreactos de nuestras festividades, se ha espaciado la búsqueda de una solución a este agujero, como si estuviéramos jugando a un juego interminable de escondite. Ahora que hemos llegado al punto de la financiación, o mejor dicho, a la inexorable falta de ella, parece que deberíamos replantearnos nuestras prioridades. Pero, claro, ¿quién necesita carreteras funcionales cuando tenemos cientos de fiestas, música en vivo y un despliegue de fuegos artificiales?

Al presidente, le propongo: ¿por qué no hacer un concierto allí, al pie del socavón? Podría ser un gran atractivo para su tick tock, algo único que lograría desviar la atención a lo verdaderamente importante. ‘Volcano Fest Socavon’, sería el nombre que ilumine a nuestras autoridades insulares, anunciando el festival en todas las carreteras de la Isla, incluso en aquellas que todavía no demandan obras de rehabilitación.

En fin, bromas aparte, a mi no me pagan para ejercer de monologuista o de guionista del humor, a mi me pagan para seguir luchando y conseguir que se tomen las acciones necesarias para arreglar esta carretera y abrirla al tráfico rodado en ambas direcciones, entre otras prioridades, no solo porque nuestra seguridad lo demande, sino porque creo firmemente que cada euro invertido en infraestructura es un euro bien gastado. El Golfo, Yaiza y Lanzarote no pueden esperar más por el arreglo de una carretera esencial para el sur y la Isla entera, hay muchas cosas en juego, solo preguntemos a los restauradores de El Golfo el perjuicio de más de cuatro años. Priorice señor presidente.

Con ironía y esperanza, Alcalde de Yaiza y consejero del Cabildo de Lanzarote, Óscar Noda.

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