Opinión

Cómo frenar la pérdida de turistas alemanes

Cómo frenar la pérdida de turistas alemanes

Precios competitivos, calidad de la oferta, mejora del servicio al cliente, renovación de los espacios públicos y privados, modernización de la comercialización, renovación inaplazable de la planta alojativa y abaratar los costos del transporte aéreo. Éstas y otras acciones son la mejor medicina para combatir los nubarrones que amenazan, otra vez, al sector turístico de nuestra tierra Hoy cierra sus puertas la Feria Internacional de Turismo de Berlín. La cita es, junto a la de Madrid y Londres, la más importante que se celebra en el mundo, como así lo confirma la presencia de 186 países de los cinco continentes. Casi 200.000 visitantes entre profesionales y público, junto a 90.000 stands y pabellones de exposición, han servido para ayudar a tomar el pulso a las perspectivas que tiene el turismo alemán para la próxima temporada.
 
Canarias ha estado presente un año más en la ITB de Berlín, con el claro objetivo de exponer sus magníficas condiciones para competir con otros destinos; en primer lugar, intentando retener el máximo número de turistas alemanes y, en segundo término, sembrando fortalezas y argumentos para seguir creciendo en el futuro.
 
Los alemanes son el segundo mercado turístico más importante para nuestras islas, solo superados por los británicos, de ahí la importancia del trabajo que administraciones y empresarios del sector han llevado a cabo en Berlín. El mercado turístico alemán no tiene la fidelidad que tiene para Canarias el mercado británico -seguramente, la mayor cercanía de Alemania a otros potenciales competidores de Canarias en el arco del Mediterráneo propicia esa dinámica-.
 
Sin duda, los problemas relacionados con la seguridad en Turquía, Egipto y Túnez en los últimos años favorecieron la creciente llegada de turistas al Archipiélago. El último quinquenio, Canarias ha batido récords continuos en el número de llegada de turistas, así como en el gasto llevado a cabo por los mismos. Más turistas, más beneficios para el sector. Quizá es el momento de preguntarse si también hemos mejorado la calidad del producto -con especial atención al servicio- que ofrecemos a nuestros visitantes.
 
En 2009 se produjo una sustancial reducción de las tasas aeroportuarias
El futuro de un sector estratégico para la economía y el empleo en Canarias no puede depender de cómo le vayan las cosas a Turquía, Grecia, Egipto, Túnez o Marruecos. Las condiciones competitivas que tienen nuestras islas no las atesora ninguno de nuestros potenciales competidores. Las bazas que tiene Canarias para competir en el mercado turístico son bien conocidas: clima, naturaleza, diversidad, seguridad, sanidad, proximidad y unas buenas infraestructuras. Nuestras prioridades deben centrarse en la necesidad de mejorar la calidad del servicio que se presta al visitante, en seguir priorizando la mejora de las infraestructuras públicas y privadas, en la renovación de la planta alojativa y en plantar cara a nuestra brutal dependencia del transporte aéreo. El reto de abordar la mejora de nuestras debilidades con decisión y convicción depende exclusivamente de nosotros: administraciones públicas, empresarios del sector y ciudadanía en general -solo la dependencia que tenemos de AENA y de las compañías aéreas se nos escapa de nuestro ámbito de decisión-.
 
En plena crisis económica, en el año 2009, con la ocupación más baja que había tenido nuestro Archipiélago desde que se tienen datos registrados, un acuerdo histórico con el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, permitió la penetración de nuevas compañías de transporte aéreo y la mejora en la oferta de asientos de las que ya estaban implantadas. Aquel acuerdo político -alcanzado contra el criterio técnico de AENA- consistió en una sustancial reducción de las tasas aeroportuarias a las compañías por cada pasajero que trajeran a Canarias. La fórmula, impulsada por Canarias y el Gobierno de España, fue un éxito y nos permitió una mejora sustancial de la ocupación turística.
 
Si Canarias hace sus deberes, y en gran medida se están haciendo, quizá ha llegado el momento de pensar en una solución similar que frene la pérdida de turistas alemanes.

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