AGUA
Esperando por el enorme aljibe de agua bajo el malpaís de Timanfaya

En su conferencia ‘El acuífero de Timanfaya o la bendición de una tragedia’, el ingeniero Carlos Soler reitera que pueda haber entre 12 y 17 millones de metros cúbicos anuales de agua.
El ingeniero de Canales, Caminos y Puertos Carlos Soler sostuvo en la ciudad de Telde que el acuífero de Timanfaya es un enorme aljibe cuya alcogida es el malpaís. El especialista intervino el martes pasado en las Jornadas de la Cultura del Agua que se desarrollan en la Casa-Museo León y Castillo de Telde, con la conferencia titulada ‘El acuífero de Timanfaya o la bendición de una tragedia’. Soler reitera que bajo las coladas de lava de la isla pueda haber entre 12 y 17 millones de metros cúbicos anuales de agua, lo que representa un 70% del agua que se produce actualmente en la isla.
El acuífero ocupa una superficie de alta permeabilidad de 200 kilómetros cuadrados
El Cabildo de Lanzarote financia un estudio para determinar la cantidad y calidad de agua que existe en el acuífero de Timanfaya, que ocupa una superficie de formación geológica y de alta permeabilidad de 200 kilómetros cuadrados, la cuarta parte de la isla, y que es capaz de infiltrar toda el agua de lluvia que cae. Aunque no es mucha cantidad, unos 150 milímetros anuales, su gran superficie convierte estos terrenos en una gran alcogida capaz de captar ingentes cantidades de agua de lluvia.
El ingeniero ha repetido lo que ya dijo en Lanzarote hace dos años a iniciativa del entonces consejero del Cabildo Carlos Meca: hay una alta probabilidad de que haya agua potable en el subsuelo de la isla. Ello que dio lugar a que el Parlamento de Canarias instara al Cabildo Insular a investigar esa posibilidad. El año pasado, el Consorcio de Aguas incluyó en sus presupuestos una primera partida de 150.000 euros para hacer las primeras catas con las que determinar si, efectivamente, existe un gran acuífero en Timanfaya. La idea era que los expertos que hicieron el hallazgo realizaran también los estudios.
El acontecimiento de mayor calado desde que Manuel Díaz Rijo instalara la primera desaladora
Aunque la respuesta inicial en algunos sectores fue de incredulidad, un estudio geofísico encargado a la Universidad de Barcelona, que desplazó a Lanzarote a un equipo de geólogos bajo la dirección de Albert Casas, catedrático de Prospección e Investigación Minera y Decano de la Facultad de Ciencias de la Tierra, confirmó la teoría de Soler. Este ingeniero no es un iluminado, ya que trabajó más de 30 años en la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias como jefe de Obras y Proyectos y jefe de Planificación, Estudios e Hidrología. Es, asimismo, el descubridor de la Fuente Santa en La Palma. Los geofísicos de la Universidad de Barcelona hicieron sondeos a finales de 2016 en las cunetas de las carreteras próximas a las Montañas del Fuego, dada la fragilidad del entorno.
Todavía seguimos esperando por los resultados. De confirmarse, estaríamos ante “un descubrimiento que puede significar un cambio radical en la concepción de la hidrología, la economía y la sostenibilidad en Lanzarote”, como señaló Meca en su día. Sería en realidad la segunda revolución del agua, el acontecimiento de mayor calado desde que, a mediados de los años 60 del pasado siglo, el ingeniero naval Manuel Díaz Rijo instalara la primera planta desaladora en la isla.
Aunque los resultados no fueran de la envergadura sospechada, la existencia de agua suficiente permitiría acabar con la dependencia del petróleo; abaratar el coste del agua, que en Lanzarote es uno de los más caros del Estado; reducir la contaminación de CO2 que se genera al desalar el agua con combustibles fósiles; y disponer de agua suficiente y de calidad para la agricultura sin tener que recurrir a las aguas depuradas de mala calidad.
Carlos Soler, un sabio del agua
Carlos Soler es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos con la especialidad de Hidráulica y Energética y profesor titular de la asignatura de Obras y Aprovechamientos Hidráulicos en la Escuela de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de la Universidad de La Laguna.
En 1987 ingresó como funcionario del cuerpo de ingenieros y arquitectos en el Servicio Hidráulico de Santa Cruz de Tenerife y pasó a ser designado director de Obras del Ministerio de Obras Públicas y de la Consejería correspondiente del Gobierno de Canarias. En 1988 fue nombrado director del Avance de los Planes Hidrológicos de El Hierro, La Gomera y La Palma y desde 1992 hasta hoy ha proyectado y dirigido las obras hidráulicas que definió en esos avances. En 1990 y 1992 fue nombrado experto en aguas por la Unión Europea y por el Gobierno de Cabo Verde.
Obras como las de Pozo de los Padrones en El Hierro le valieron para obtener el premio Agustín de Bethencourt en 1997, y en La Gomera las soluciones técnicas propuestas por Soler han supuesto que esa isla tenga el agua de mejor calidad, al precio más barato y con la solución más sostenible de todas las realizadas en las Islas.
A su labor profesional se le une la proeza de haber encontrado la Fuente Santa de La Palma tras 16 intentos y 328 años en los que fueron buscadas las milagrosas aguas palmeras, convirtiéndole, además de en Hijo Adoptivo de Fuencaliente por el hallazgo, en uno de los mejores profesionales en una labor que puede parecer de otra época como es la de encontrar agua.
Ha elaborado dos teorías relacionadas con el agua. En la década de los años ochenta, la teoría de la circulación del agua subterránea en medios volcánicos con método de determinación de los flujos de recursos infiltrados en el acuífero mediante ensayos de bombeo. Desde 1995 está difundiendo la teoría de la hidrotectónica, sobre la dinámica planetaria basada en la hidráulica y que recientemente ha obtenido el respaldo académico de la Universidad de La Laguna.
Es autor de cuatro libros: El agua y la tierra, Los siete sabios y el agua, La historia de la Fuente Santa y Las obras hidráulicas en terrenos volcánicos.