El centenario de José Saramago, una oportunidad para hermanar a Portugal y España

El programa, que comenzará el próximo noviembre y se extenderá durante un año, se detendrá en escritores que hicieron de José Saramago, que eligió Lanzarote para vivir, "ser lo que era", señaló del Río, porque "no solo vamos a trabajar en la obra de José Saramago, los escritores se relacionan unos con otros".
El centenario del nacimiento del Nobel portugués José Saramago será una nueva oportunidad para hermanar a los pueblos de Portugal y España con una intensa agenda cultural que involucrará a ambos países, anunciaron hoy los organizadores.
El programa del centenario contará con la colaboración de las autoridades lusas, españolas y latinoamericanas, en un encuentro del pueblo portugués y español como José Saramago "soñó ", explicó a Efe Pilar del Río, viuda del escritor y presidenta de la fundación que lleva su nombre, con sede en Lisboa y Lanzarote.
El hermanamiento de ambos pueblos era una de las grandes ideas de Saramago y sigue viva porque "estar unidos España y Portugal no puede traer nada más que beneficios", apuntó la periodista española.
"Nosotros reivindicamos que se abran todos los puentes porque solo tenemos motivos a ganar", continuó del Río.
Prueba de los beneficios de este hermanamiento, subrayó, es el logo elegido para conmemorar el centenario de Saramago: Diseñado por el español Manuel Estrada y presentado en Portugal.
El programa, que comenzará el próximo noviembre y se extenderá durante un año, se detendrá en escritores que hicieron de José Saramago "ser lo que era", señaló del Río, porque "no solo vamos a trabajar en la obra de José Saramago, los escritores se relacionan unos con otros".
La agenda estará cargada de eventos multidisciplinares con el objetivo de "cruzar caminos de pensamiento" relató.
Lecturas, debates, coloquios, conciertos y exposiciones recorrerán España y Portugal en un compendio de cultura desprendida de la obra de Saramago.
"Será lo más transversal posible", dijo la ministra portuguesa de Cultura, Graça Fonseca, durante la presentación del programa que conmemorará el natalicio del autor de "La Balsa de Piedra".
Saramago (Azinhaga, 1922-Lanzarote 2010) fue galardonado con el Nobel de Literatura en 1998 por una extensa obra que incluye títulos como "El año de la muerte de Ricardo Reis", "El Evangelio según Jesucristo" o "Ensayo sobre la Ceguera”
A Casa, un hogar lleno de libros
Una casa hecha de libros, un olivo, el estudio en el que escribía, una biblioteca, el jardín y el mar. Tras fijar su residencia en Lanzarote en 1993, inicia la escritura de un diario, ‘Cuadernos de Lanzarote’. En 1995 le fue concedido el Premio Camões, y en 1998 el Premio Nobel de Literatura.
El Hijo Adoptivo de Lanzarote, pasó en A Casa la mayor parte de sus últimos 18 años de vida. Su residencia abre al público de lunes a sábado, y a ella se acercan los amantes de su literatura y los devotos de un hombre extraordinario comprometido con su tiempo y con la humanidad. En Lanzarote escribió ‘La caverna’, ‘El hombre duplicado’, ‘Ensayo sobre la lucidez o ‘Las intermitencias de la muerte’, entre otros libros.
Cruzado el portón de entrada se accede a la casa de José Saramago. Aquí falleció el 18 de junio de 2010. Una galería luminosa distribuye las distintas dependencias de la vivienda, en la que sobresale su estudio. En esta habitación, se puso a escribir las primeras líneas de ‘Ensayo sobre la ceguera’, iniciando así un período de gran creatividad. En este espacio como en ningún otro de la residencia palpita aún la presencia de Saramago.
“Los olivos están íntimamente unidos al paisaje de la infancia de Saramago; de ahí que, para él, tuvieran un gran valor sentimental”
El salón se abre al jardín y al mar. En este espacio descansaba el escritor, mientras que la cocina la concebía como un lugar de encuentro y convivencia, una estancia abierta a los amigos. En el jardín, un olmo, tres olivos, un alcornoque, un granado... Al final del jardín está la piscina, donde solía nadar por las tardes. “Luego se sentaba junto a la piedra grande que quiso que se quedara en medio de todo. Le gustaba sentir el viento, saberse vivo, mirar el mar, pensar que el mundo puede tener remedio, que la humanidad que transportamos debe prevalecer sobre la maldad…”.
Los olivos están íntimamente unidos al paisaje de la infancia de Saramago; de ahí que, para él, tuvieran un gran valor sentimental. Todas las culturas mediterráneas han venerado a este árbol como símbolo de amistad, pero aquí hay uno muy especial. Procedente del Alentejo portugués, llegó en un avión de pasajeros, en una maceta que Saramago mantuvo entre sus piernas durante el trayecto. Hoy es el símbolo de A Casa.
“La biblioteca no nació para guardar libros, sino para acoger personas. En ella recibía Saramago a sus amigos”
La sala de juntas fue pensada para las reuniones de la Fundación José Saramago, pero el verdadero uso de este espacio ha sido el de salón de actos y comedor, cuando las reuniones eran muy grandes. Los escritores Claudio Magris y Vargas Llosa fueron los últimos huéspedes de esta habitación.
“La biblioteca no nació para guardar libros, sino para acoger personas”. En ella recibía Saramago a sus amigos y a ella acudía a diario. Pese a que la Literatura sea universal, los libros están colocados por los países de procedencia de los autores. La filosofía, el ensayo y las memorias responden a un orden temático, como la historia o la política. Jorge Luis Borges, junto a Pessoa y Kafka, eran los escritores imprescindibles del siglo XX para Saramago.
Las cenizas de José Saramago reposan en una plaza de Lisboa, bajo la sombra de un olivo centenario nacido en su tierra natal, la aldea de Azinhaga