Patrimonio

El Sitio de los Cabrera, otro edificio que espera a que lo salven de la ruina

Cabreron
Sitio de los Cabrera

Situado en la Calle Pérez Galdós, es un buen ejemplo de arquitectura tradicional que se alza en el antiguo camino que unía el puerto con la antigua capital insular

El Sitio de los Cabrera, otro edificio que espera a que lo salven de la ruina

Hay en Arrecife un puñado de relevantes inmuebles particulares que han merecido la consideración de ser protegidos. Sin embargo, es raro encontrar propietarios privados dispuestos a invertir en la conservación de estos edificios. Lo normal es desatenderlos y hasta desapuntalarlos para acelerar su ruina, poder derribarlos y obtener así un solar que ofrece mucha mayor rentabilidad.

El estado de conservación del Sitio de los Cabrera —así conocido por pertenecer a esta familia— es sólo una muestra más del lugar que ocupa la conservación del patrimonio edificado en la escala de las preocupaciones institucionales y privadas en Arrecife: el último o de los últimos. La razón es que la propiedad de un inmueble de cierto valor histórico o cultural es percibida como una carga por parte de sus dueños, quienes, por lo general, prefieren que se venga al piso en vez de mantenerlo y disfrutarlo. 

Un ejemplo de arquitectura tradicional 

Esta ha sido la mentalidad dominante y que se ha abierto paso bajo la errónea consigna de que en la ciudad no hay nada que merezca la pena ser conservado. Por fortuna, parece que algo comienza a moverse en sentido contrario en los últimos años. Ubicado en la calle Pérez Galdós, esquina a Paz Peraza y Añaza, el Sitio de los Cabrera es un buen ejemplo de arquitectura tradicional que se alza en el antiguo camino que unía el puerto con la antigua capital insular. 

El inmueble presenta una tipología que dibuja una “O” abierta en planta, con patio central, donde un gran ficus amenaza con apoderarse de todo el espacio. La crujía hacia Pérez Galdós se desarrolla en dos alturas y el resto de la edificación presenta una sola. A finales del XIX albergó el hospital, fue cuna de expósitos recogiendo a los niños y niñas abandonados al nacer, ejerció como escuela y cuartel militar, y su amplio espacio fue usado como viviendas. Hoy es una ruina.

Si el sitio del cabrerón estuviera en otro lugar...

Cabe preguntarse cuál sería el aspecto del Sitio del Cabrerón si en vez de encontrarse en la calle Pérez Galdós de Arrecife estuviese en el casco histórico de La Laguna, en la calle Real de la ciudad de Santa Cruz de La Palma o en la misma Villa de Teguise. La respuesta parece muy sencilla: presentaría un impecable estado de revista, estaría habitado por alguna persona sensible y orgullosa de la historia e impronta del edificio, albergaría alguna actividad comercial o acogería alguna función pública. 

En el otro extremo, mil y pico edificios forman parte del casco histórico de La Laguna y, de ellos, más de 600 están protegidos. La ciudad está impecable para residentes y visitantes por sus largas y numerosas calles peatonales y su cuidada arquitectura, lo que le otorga nuevo vigor como centro comercial abierto. Es la única ciudad canaria declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, título que los laguneros exhiben con orgullo y no como una pesada losa que va en contra de sus expectativas inmobiliarias urbanas.

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