Urbanismo en Lanzarote, más de treinta años viviendo de las rentas
La reciente demolición de esqueletos urbanísticos en Costa Teguise es una consecuencia, muy tardía, de la época dorada de la corrupción
La ausencia de acuerdos amplios y sólidos, y, por ello, duraderos, ha dado lugar a que algunas importantes cuestiones territoriales y urbanísticas continúen paralizadas en Lanzarote. Transcurren años, lustros y hasta décadas y los temas pendientes se repiten, entre ellos la Revisión del Plan Insular de Lanzarote (1991), la Revisión del Plan General de Ordenación de Arrecife (2004), el nuevo Plan Especial de La Geria y el Plan Rector de Uso y Gestión de La Graciosa y el Archipiélago Chinijo. Está fuera de discusión que Lanzarote presume del discurso urbanístico de los años ochenta y noventa del siglo pasado, con más de 30 años de vida, y, por eso, vive de las rentas.
La época dorada de la corrupción en Lanzarote
La ordenación del territorio y el urbanismo han protagonizado los más intensos debates que han tenido lugar en la isla en las últimas décadas. La mercantilización del territorio, el crecimiento turístico y la promoción urbana han capitalizado apasionadas discusiones como expresión, de una parte, de poderosos intereses económicos e inmobiliarios, y, de otra, de la defensa de un modelo más respetuoso con el medio. La tensión es permanente, pero no siempre se manifiesta con el mismo ímpetu.
De hecho, hubo un período en la historia reciente de Lanzarote en el que las tensiones fueron consecuencia de la corrupción urbanística con la permisividad política. A finales del siglo XX, se edificaron numerosos hoteles y complejos cuyas licencias fueron recurridas por la Fundación César Manrique. Ello dio lugar sentencias judiciales no recurribles que anularon las licencias municipales de unas tres decenas de establecimientos turísticos situados en los municipios de Yaiza y Teguise, afectando a unas 13.000 plazas. La reciente demolición de esqueletos urbanísticos en Costa Teguise es una consecuencia, tardía, de la época dorada de la corrupción en Lanzarote.
En Lanzarote y La Graciosa no rige la ley de la selva
No obstante, en Lanzarote y La Graciosa no rige la ley de la selva, ya que, aunque se vulneren, ambas islas cuentan con normas urbanísticas. El Plan Insular de Ordenación de Lanzarote de 1991 vino a sustituir y a corregir a la baja al anterior, que databa de 1973. Tras el PIOL, cerca de la mitad del territorio está protegido, otra parte es suelo rústico y en el restante, donde se asienta la población, acontecen los desarrollos urbanos. Por otro lado, cuentan con Plan General de Ordenación los municipios de Arrecife (2004), Haría (2007), Teguise (2017), Tías (2005), Tinajo (2003) y Yaiza (2014). San Bartolomé está a punto de contar con el suyo y se rige por unas Normas Subsidiarias (1995).
Un plan general de ordenación es el instrumento de planeamiento, de naturaleza normativa, en el que se establece la ordenación urbanística integral que resulta indispensable para que pueda producirse el planeamiento de desarrollo y la actividad urbanizadora y edificadora, conforme al régimen determinado en el plan para cada clase de suelo. De una parte, define el modelo territorial y urbanístico del municipio y, de otra, podrá establecer las determinaciones de ordenación pormenorizada, en todo o en parte del término municipal, de cualquier clase y categoría de suelo.
Conseguir ciudades sostenibles
Por su parte, el urbanismo es el responsable de planificar los servicios que mejoran la calidad de vida de los habitantes. Pero, para tener éxito, necesita de la contribución de todas las personas que viven en esa ciudad. Todo programa urbanístico que se precie propone aumentar el número y la superficie de parques y zonas verdes, garantiza la creación de viviendas, descongestiona las zonas densas de la ciudad, programa y facilita el acceso a servicios esenciales como los centros de salud y los centros educativos, mejora la red de transporte y diseña modos alternativos para luchar contra la contaminación y el cambio climático, y planifica el crecimiento urbano futuro, entre otros aspectos.
Conseguir ciudades sostenibles es uno de los objetivos a alcanzar por las Naciones Unidas para el año 2030. Este objetivo busca mejorar las condiciones de vida de aquellas personas que viven en zonas marginales, así como garantizar un equilibrio entre la vida moderna y el medio ambiente. Más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades, a pesar de que estas tan solo representan el 3 por ciento de la superficie terrestre. En Lanzarote, en torno al 80 ciento de la actividad económica, el empleo y la movilidad se producen en una gran área de fisonomía urbana situada entre Costa Teguise y Puerto del Carmen, y que se desenvuelve por los municipios de Teguise, Arrecife, San Bartolomé y Tías.
