Coches eléctricos en Lanzarote, cifras testimoniales para una isla que dice ser sostenible
El porcentaje de vehículos eléctricos no llegaría al 1 por ciento del total pese a las solemnes declaraciones sobre desarrollo sostenible
Los coches eléctricos alcanzan cifras testimoniales en Lanzarote, que dice ser un territorio sostenible o aspira a serlo. Con todo, es una isla ideal para la implantación del vehículo eléctrico debido a su escasa altitud y su reducido tamaño. Los coches eléctricos que ofrece el mercado permiten una autonomía de alrededor de 400 kilómetros, y más, una distancia que garantiza que nadie se quede tirado en las carreteras isleñas conduciendo un coche eléctrico. Pero, para que sea así tendría que haber suficientes puntos de recarga. Y en esto, también fallamos, y muchísimo.
La primera fotolinera de Canarias en 2012
Todavía son muy caros, por lo que, con paso lento, pero firme, avanza la introducción de los vehículos eléctricos desde que, en 2012, la Cámara de Comercio instalara la primera fotolinera de Canarias. Aquella instalación fotovoltaica para la recarga de vehículos eléctricos con energía solar fue concebida y diseñada íntegramente en la propia isla. Entonces había 15 vehículos eléctricos, tan solo. Once años después, no se conoce la cifra actual, pero se estima que podría superar el millar de vehículos de un parque automovilístico total de más de 140.000.
Por lo tanto, el porcentaje de vehículos eléctricos en Lanzarote no llegaría al 1 por ciento del total pese al calentamiento global y el cambio climático, pese a la contaminación atmosférica y pese a las solemnes declaraciones sobre desarrollo sostenible que se emiten casi a diario. Esa cifra está muy alejada de la que se necesitaría hoy día para alcanzar la transformación ecológica del transporte terrestre en la isla en 2040. Entendiendo por ecológico que no se compute en el proceso la extracción de recursos naturales en los países de origen ni su fabricación, en general.
Quienes sí parecen cumplir son las administraciones públicas
No obstante, quienes sí parecen cumplir, y con creces, son las administraciones públicas, pero gracias a las subvenciones. El número de coches cien por cien eléctricos ha crecido de forma notable en el Cabildo, los ayuntamientos y las empresas y organismos públicos, quienes se esfuerzan en dar ejemplo al resto de la sociedad incorporando este tipo de vehículos a sus flotas. Pero, sin puntos de recarga suficientes, difícilmente se fomentará el uso de coches eléctricos entre la población para reducir la contaminación y combatir el cambio climático. Los vehículos híbridos, en cambio, se han ido abriendo paso con mayor celeridad.
Aunque queda mucho camino por recorrer en este campo, y en tantos otros, entre sus ventajas destacan que no contaminan (una vez fabricados), hacen poco o ningún ruido, su mantenimiento es más barato, el motor es más pequeño por lo que la mayoría del espacio del coche está destinado a la habitabilidad, necesita menos energía para realizar el mismo esfuerzo y su uso genera mayor ahorro. Por otro lado, cada vez hay más talleres especializados y el Estado ofrece incentivos para su adquisición. Algún día nos irá mejor, eso seguro.