DESARROLLO SOSTENIBLE

Decrecimiento, aquello de lo que casi nadie quiere ni oír hablar en Lanzarote

Imagen de la página web del Cabildo de Lanzarote.
Imagen de la página web del Cabildo de Lanzarote.

Hay un espeso silencio sobre estas cuestiones en el grupo de gobierno y los principales agentes económicos y sociales, incluso entre las organizaciones ecologistas

Decrecimiento, aquello de lo que casi nadie quiere ni oír hablar en Lanzarote

Cada 29 de octubre se celebra el Día Mundial por el Decrecimiento. Es el día de lo que casi nadie quiere ni oír hablar en Lanzarote, así la isla se esté desbordando por los cuatro costados. Como La Graciosa. El decrecimiento es una corriente de pensamiento que busca una economía que consiga un mayor bienestar social respetando y cuidando los recursos naturales y, de esta manera, lograr un mayor y mejor equilibrio ecológico.

Para ello, se necesita que la humanidad cambie su estilo de vida, de forma que prevalezca la solidaridad, la justicia, la cooperación y la igualdad entre todos los habitantes para hacer del planeta un lugar verdaderamente digno y sostenible. Vemos con preocupación como los seres humanos modernos basan su bienestar en un consumismo exacerbado que sólo ha logrado acabar con los recursos del planeta, dejando a un lado lo que realmente debe prevalecer, un mundo que sea habitable, sostenible y seguro para toda las personas.

Preocupación generalizada por el medio ambiente

En Lanzarote, la idea no ya de decrecer, sino de contener el crecimiento ha llenado miles de folios, pero ha costado mucho llevarla a la práctica porque hay un enorme salto entre lo que se dice y lo que se hace. Por ejemplo, la primera imagen que se ve al pinchar en la página web del Cabildo es el Estudio sobre la capacidad de carga turística en Lanzarote (Gaia, 2023), encargado por la anterior corporación presidida por María Dolores Corujo. Pero el actual grupo de gobierno no habla de él, simplemente lo ignora.

Sin embargo, la población lanzaroteña, en su mayor parte, está preocupada por el medio ambiente, en general. Siete de cada diez personas señalan sentirse muy o bastante preocupadas por los temas ambientales en los que, por definición, se incluyen valores naturales, sociales y culturales que influyen en la vida material y psicológica del ser humano. Esto se desprende de una encuesta sobre percepción del cambio climático y el medio ambiente realizada por el propio Cabildo en octubre de 2022.

El medio ambiente de la isla “ha empeorado”

Esta preocupación se manifiesta en que más de la mitad las personas entrevistadas piensan que la situación del medio ambiente en el mundo ha empeorado en los últimos diez años. Con respecto a Lanzarote se tiene una opinión algo menos pesimista. No obstante, el 43 por ciento opina que el medio ambiente de la isla “ha empeorado en la última década”.

Para indagar acerca de los problemas, se incluyó en el cuestionario una pregunta con respuesta abierta, espontánea y múltiple en la que las personas entrevistadas citaban hasta tres problemas, según su opinión. De las respuestas obtenidas, las cuestiones relacionadas con el medio ambiente y la masificación constituyen los principales problemas que existen en Lanzarote. También existe adhesión a la idea de que la excesiva carga turística de Lanzarote satura sus recursos: medio ambiente, sanitarios, transportes, etc.

Presión demográfica, saturación, construcción excesiva…

Dentro de los temas relacionados con el medioambiente se citan la falta de protección y concienciación ambiental, la contaminación, el litoral y el cambio climático. En cuanto a la masificación se mencionan aspectos como la presión demográfica, la saturación, la construcción excesiva, la falta de planificación, etc. Y, a continuación, por orden de importancia, aparece el tema de la limpieza y residuos (falta de contenedores, suciedad, reciclaje, etc.), el transporte público (falta de líneas, frecuencias, horarios, etc.), la política, el paro y la sanidad.

Pese a esta mayoritaria percepción de la realidad, pese a que la primera imagen que se ve al pinchar en la página web del Cabildo es el Estudio sobre la capacidad de carga turística en Lanzarote, hay un espeso silencio sobre estas cuestiones en el grupo de gobierno y los principales agentes económicos y sociales, incluso entre las organizaciones ecologistas. No obstante, una de las frases más pronunciadas poco tiempo después de la crisis sanitaria es: “La isla está a tope”.

Overtourism, léase saturación

Por situar el tema, la capacidad de carga no consiste en “descubrir un solo ‘número mágico’ que marque el punto de inflexión, ya sea este el número de turistas o el número de plazas alojativas, si no que se deben abordar las distintas dimensiones asociadas a este fenómeno, en el que convergen múltiples factores, de una forma holística”. Por lo tanto, hay que considerar la capacidad de carga desde varias perspectivas, al menos: física o territorial, ecológica. asociada a recursos y factores ambientales clave (agua, energía y residuos), de las infraestructuras, social, psicológica o de percepción, económica, del mercado y de recursos tecnológicos, profesionales y laborales.

Muy vinculado a lo anterior, se encuentra el concepto de saturación turística, overtourism en su acepción inglesa. El Comité de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo describe la saturación turística en 2018 como una situación en la que el impacto del turismo, en determinados momentos y en determinados lugares, supera los umbrales de capacidad física, ecológica, social, económica, psicológica y/o política.

¿Congestión? Colas en las Montañas del Fuego

Otro término a tener en cuenta es el de congestión, que se refiere a la saturación turística en sitios de interés natural y cultural. La congestión permanente en un destino o en un sitio se produce cuando el lugar experimenta grandes y continuas visitas, o sea, cuando se dan aglomeraciones continuas de personas y vehículos que se encuentran a la vez en un sitio determinado. Piensa en las colas en las Montañas del Fuego y listo.

Lo más raro de todo es que resulte extraño hablar de esto en 2023 cuando, ya en los años 70 y 80 del siglo pasado, César Manrique de desgañitaba señalando todos estos problemas. Es decir, el debate sobre los límites del crecimiento turístico y sobre la capacidad de carga es muy antiguo en Lanzarote. En innumerables ocasiones, Manrique advirtió sobre los riesgos del crecimiento turístico excesivo y reclamó ponerle límites. Incluso llegó a publicar varios manifiestos, lo que contribuyó a que arraigara entre la población una conciencia colectiva en ese sentido.

A ver cuándo nos ponemos en la faena, porque lo que es incontestable es que la capacidad de carga, al menos de Lanzarote y La Graciosa, ya ha sido alcanzada y superada en muchísimos aspectos, como constató Antonio Machado en los años 90. Pero, para ello, para encontrar la solución a un problema, antes debe ser nombrado.

Lanzarote, capacidad de carga agotada en 2003

Esta cultura de los límites fue recogida por el Plan Insular de Ordenación del Territorio de Lanzarote (PIOT) en 1991, al ordenar de forma integral el territorio de la isla y proteger buena parte del mismo. Entre otras cosas, estableció un techo máximo al crecimiento de plazas turísticas, así como un ritmo anual para alcanzarlo.
Por lo tanto, el PIOT de 1991 fue pionero al establecer el concepto de capacidad de carga desde el punto de vista territorial, regulando la cantidad y calidad del turismo que quería la isla.
La guinda se produjo en 2003. Aquel año, hace ahora 20, Lanzarote declaró formalmente agotada su capacidad de carga, unos meses entes de la aprobación de las Directrices de Ordenación General y del Turismo. En aquel momento, con la Revisión del PIOT, se analizó la situación y problemas clave de la isla, planteándose la necesidad de evitar un mayor desbordamiento de la capacidad de carga del sistema insular.

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