TERRITORIO

Los dichosos cien metros del Islote del Francés

La superficie libre de las limitaciones derivadas de la servidumbre de protección de 100 metros de anchura sería de sólo 12.000 metros cuadrados.

Los dichosos cien metros del Islote del Francés

Los dichosos cien metros de servidumbre de protección del Islote del Francés han sido un quebradero de cabeza para sus propietarios y para el Ayuntamiento de Arrecife, ya que, durante décadas, han tenido difícil saber a qué atenerse en relación con el aprovechamiento urbanístico y el precio de los terrenos. Parece que la situación por fin se aclara, para regocijo municipal, ya que la superficie libre de las limitaciones derivadas de la servidumbre de protección de 100 metros de anchura sería de sólo 12.000 metros cuadrados. Esta franja de cien metros de ancho hay que trazarla desde el deslinde del dominio público marítimo-terrestre a lo largo de todo su contorno, y de ahí resulta esta parcela lucrativa. Equivale al 20 por ciento de la superficie total del Islote, aproximadamente.
 
La parcela lucrativa resultante sería de sólo 12.000 metros cuadrados
12.000 metros cuadrados. Esta sería la parcela lucrativa que quedaría a la propiedad tras aplicar las determinaciones Ley de Costas, según se desprende de la respuesta que el Ministerio para la Transición Ecológica dio al diputado de Nueva Canarias (NC), Pedro Quevedo, hace unos días. Dicho en otros términos, si se quisiera expropiar el Islote del Francés para destinarlo a usos públicos, habría que desembolsar unos diez millones de euros, incluyendo los intereses de demora. El empresario gran canario Jaime Cortezo está que trina, puesto que ha llegado a barajar cifras de varios centenares de millones.
 
La Ley de Costas entró en vigor en julio de 1988 y la situación urbanística vigente en el Islote del Francés en aquel momento es muy clara. Era una Reserva Urbana según el Plan General de Ordenación de Arrecife de 1968, es decir, un suelo con vocación de ser urbano, pero sólo urbanizable. Para convertirse cien por cien en urbano tendría que existir un instrumento de desarrollo del tipo de un plan parcial, pero no es el caso. Así las cosas, y en ausencia de un instrumento de desarrollo urbanístico de esta controvertida pieza de suelo, al entrar en vigor  la Ley de Costas nace, desde ese momento y para siempre, una servidumbre de protección de 100 metros de anchura.
 
En la servidumbre está expresamente prohibida la residencia o habitación
Esta servidumbre parte del límite interior de la ribera del mar, que en este caso coincide con el límite interior del deslinde del dominio público marítimo-terrestre. Son cien metros de anchura en el Islote del Francés, esté o no adscrito el dominio público marítimo terrestre a Costas, ya que en el dominio público portuario que reúna características naturales, como es el caso, se genera la servidumbre establecida en la Ley de Costas sobre los terrenos privados adyacentes al mismo.
 
La finalidad de la servidumbre de protección es asegurar la integridad física del dominio público, su libre acceso y la utilización pública para los usos comunes. Los usos permitidos son las obras, actividades o instalaciones que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicación, o que presten servicios necesarios o  convenientes para el uso de dominio público marítimo-terrestre, así como las instalaciones deportivas descubiertas. Está expresamente prohibida la edificación con destino a residencia o habitación.
 
Arrecife puede pedir al Gobierno la expropiación de todo el 
Islote
¿Y cómo se calcula el precio de estos terrenos? La Ley establece que se tome como referencia el valor de los terrenos colindantes, y como los usos permitidos dentro de esos cien metros son muy estrictos, esta circunstancia resulta crucial a la hora de establecer su valoración económica, ya que la abarata extraordinariamente. Otro dato. Una vez se produjo la desafectación de parte del dominio público portuario desde el Islote, incluido, hasta el Arrecife Gran Hotel, exceptuado estrictamente el viejo muelle Comercial, Costas puede proceder a la expropiación del Islote del Francés.
 
En conclusión, atendiendo al interés general de la ciudad y la ciudadanía, el Ayuntamiento de Arrecife, puede pedir al Gobierno de España la expropiación de todo el Islote del Francés para destinarlo a usos públicos a través de actuaciones conjuntas entre la ciudad y la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar. Hay precedentes, incluso en Lanzarote (Isleta de La Santa). El debate sobre esta polémica pieza de suelo da un inesperado giro y resitúa el papel de algunos actores. Parece que Mili Betancourt tenía razón. Pepe Fernández también.

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