DÍA MUNDIAL DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

Conejeros ante la eficiencia energética, mucho por hacer

En Lanzarote, el consumo de energía eléctrica por cliente en 1997 era de 9,3 MWh, y veinte años después se había incrementado hasta alcanzar los 10,2 MWh.

Conejeros ante la eficiencia energética, mucho por hacer

El consumo de energía eléctrica por cliente en 1997 en la isla era de 9,3 MWh (mega watios a la hora), y veinte años después se había incrementado hasta alcanzar los 10,2 MWh. No parece que la sociedad lanzaroteña esté siendo muy eficiente desde la óptica energética y conviene recordarlo precisamente hoy, 5 de marzo, que se conmemora el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Durante este período de veinte años, se dobló el consumo de energía eléctrica, al pasar de 429.000 a 817.000 MWh. El megavatio-hora es una unidad de medida de energía eléctrica, equivalente a un millón de vatios a la hora.
 
La Reserva de Biosfera de Lanzarote tiene ante sí varios desafíos y uno de ellos coincide con el objetivo principal de este día, que consiste en sensibilizar a todas las personas sobre la necesidad de reducir el consumo energético mediante un uso razonable y sostenible de la energía. La eficiencia energética busca mantener o mejorar nuestra calidad de vida empleando para ello menos recursos. ¿Cómo? Pues mejorando los procesos, usando productos más innovadores y menos contaminantes y, en definitiva, consumiendo de manera más inteligente.
 
Todo se reduce a ejercer un consumo inteligente y responsable
Al contrario de lo que muchas personas piensan, impulsar la eficiencia energética no significa prescindir de las comodidades y comprometer la calidad de vida disminuyendo el uso de la energía que empleamos en nuestro día a día. En absoluto. Potenciar la eficiencia energética se basa en optimizar los procesos de producción y consumo de energía, apostar por fuentes de energía renovables en detrimento de los combustibles fósiles y fomentar el consumo responsable y el reciclaje, entre otros. 
 
La mejora de la eficiencia energética no sólo compete a las administraciones públicas. Las personas, las familias o las pequeñas empresas pueden contribuir de una forma decisiva mediante acciones cotidianas y sencillas, que no requieren grandes esfuerzos. Y no sólo tal día como hoy, sino cada uno de los días del año. Todo se reduce a ejercer un consumo inteligente y responsable, que consiste en no utilizar más energía de la que realmente necesitamos. Eso es todo.
 
Además de beneficios medioambientales, conllevan un ahorro económico
Por citar algunos ejemplos, podemos aprovechar las horas de luz natural para nuestras tareas que requieren más iluminación, apagar luces y dispositivos eléctricos cuando no se están utilizando, sustituir electrodomésticos antiguos por nuevos con certificación ‘A’ y usarlos racionalmente, priorizar el transporte público o moverse en bicicleta, sustituir las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo, etc. Lo interesante de estas acciones es que, además de los beneficios medioambientales, conllevan un ahorro económico para nuestros bolsillos.
 
A escala global, la eficiencia energética es uno de los mecanismos de los que disponemos en la lucha contra el cambio climático, al ir de la mano del fomento y desarrollo de energías renovables y políticas de transporte que reduzcan la contaminación. La movilidad eléctrica en lugar de utilizar vehículos de gasoil y gasolina, la mejora de la eficiencia energética en edificios públicos y privados o el autoconsumo son esenciales para conseguir estos objetivos.

Plataforma Tecnológica de Eficiencia Energética

Dentro del Ministerio de Economía y Competitividad se encuentra un organismo llamado Plataforma Tecnológica de Eficiencia Energética. Su cometido es trabajar en pro de la eficiencia energética con objetivos como la innovación en materia de tecnología para la eficiencia energética y el desarrollo de nuevas técnicas, productos y servicios que favorezcan la reducción de la demanda energética.
 
La Plataforma Tecnológica Española de Eficiencia Energética es una iniciativa público-privada y uno de sus fines principales es favorecer la colaboración entre los sectores público, científico y empresarial, para fomentar la I+D+i en eficiencia energética.

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