En la Baja del Camello

El día que Arrecife se quedó sin una playa artificial

En 2009 se rechazó crear una playa artificial en Arrecife de casi 500 metros de longitud y presupuestada en 6,7 millones de euros que pagaba el Estado.

El día que Arrecife se quedó sin una playa artificial

A veces, la política puede parecer absurda. Suele ocurrir cuando no se explicitan las verdaderas intenciones o, si se prefiere, cuando se intentan ocultar las auténticas motivaciones. Absurdo es lo más suave que se puede decir en voz alta cuando la isla pierde una inversión procedente del Estado. Sucedió en 2009, cuando se rechazó crear una playa artificial en Arrecife presupuestada en 6,7 millones de euros. Dos años después, se adjudicaban las obras de rehabilitación del frente litoral de Santa Cruz de La Palma con un presupuesto de más de veinticinco millones, playa artificial incluida.

Arrecife perdió una gran oportunidad entonces para disponer de una nueva playa para mejorar su posición en la industria turística insular. O, al menos, para brindar nuevas oportunidades de asueto playero a su población. Pero, ¿quién puede ser tan cortito, o tan retorcido, como para oponerse a que Arrecife contara con otra playa? Máxime cuando la cuenta no la pagaba el Ayuntamiento, sino el Estado.
 
No se produciría impacto negativo alguno en el patrimonio natural
 
En 2005 se supo por primera vez del ‘Proyecto mejora del frente litoral desde la Playa del Cable a la Playa del Reducto, en Arrecife’. María Isabel Déniz era la alcaldesa de la ciudad y nadie se opuso a esta iniciativa de la Dirección General de Costas. El proyecto consistía en crear una playa artificial de casi 500 metros de longitud entre Arrecife y la localidad de El Cable. 
 
En esencia se trataba de aportar sedimento y la construcción de dos espigones laterales de protección y un pie sumergido paralelo a la costa. Los trabajos implicaban el vertido de 164.500 metros cúbicos de arena de coloración clara, a fin de crear la playa artificial con una superficie seca de unos 34.000 metros cúbicos, de entre 30 y 70 metros de anchura. El dique situado a levante presentaba una longitud de unos 147 metros y el situado a poniente de unos 104 metros. 
 
El área de actuación prevista comprendía desde Punta del Cantito, en extremo oeste del paseo marítimo de la playa del Reducto, hasta una distancia de unos 500 metros en dirección oeste, en la Baja del Camello. La zona afectada no se encontraba incluida en la Red Natura 2000 ni en ningún otro espacio protegido. En la zona marina de afección destacan los fondos rocosos volcánicos alternados con fondos de arenas finas sin vegetación. Es decir, no se produciría impacto negativo alguno en el patrimonio natural. Por eso, se adoptó la decisión de no someter a evaluación de impacto ambiental el proyecto.
 
La presión fue de tal magnitud que Costas dio marcha atrás
 
Después de las elecciones locales de 2007, Enrique Pérez Parrilla es elegido alcalde de Arrecife y se desata la oposición a la playa artificial tanto desde su propio grupo de gobierno como desde la oposición. La presión fue de tal magnitud que, a los pocos meses, en noviembre, el director general de Costas, Pepe Fernández, se comprometió ante el concejal de Playas del Ayuntamiento de Arrecife, Ubaldo Becerra, a no crear la playa artificial al lado de la Baja del Camello. Como alternativa, el edil proponía mejorar el Charco de San Ginés o las playas del Castillo, el Reducto y la Concha.
 
En 2009, tras el rechazo mostrado al proyecto, Costas acordó retirar el dinero, que, sin embargo, no se quedó en Lanzarote porque los presupuestos no están asignados a un territorio concreto, sino a un proyecto. A pesar de ello, el Ayuntamiento elevó a Costas otra propuesta encaminada a adecentar la playa de El Reducto. Pero, desde un punto de vista técnico, la actuación en la playa del Reducto no se consideró viable. Al final, la ciudad se quedó sin playa artificial, las preexistentes se quedaron como estaban y se perdió la inversión estatal de 6,7 millones de euros. 
 
¿Seguro que absurdo es la palabra que debe usarse para describir aquella pérdida?

La playa artificial de Santa Cruz de La Palma

Después de que Arrecife se quedara sin playa artificial, los palmeros, siempre atentos al quite, aparecieron con la suya. Así, en julio de 2011 se adjudican las obras de rehabilitación del frente litoral de Santa Cruz de La Palma con un presupuesto de más de 25 millones de euros. La playa artificial la inauguraron el año pasado.

La longitud de la playa es de 550 metros, con una anchura mínima de 30 metros en pleamar y una anchura máxima de 110 metros en bajamar. Se distribuye por una superficie de casi setenta mil metros cuadrados, el equivalente a siete campos de fútbol.
 
La playa dispone al norte de un dique de 270 metros de longitud cuyo cometido es proteger la zona de los embates del mar y evitar la pérdida de arena, que es negra. También cuenta con otro espigón por el sur.
 
La obra superó los 25 millones de euros y fue financiada por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno de España. No, los palmeros no le hacen ascos a las inversiones públicas procedentes de otras instancias de la Administración.

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