Día de la melancolía

Top Secret, 29 de junio de 2017

Top Secret, 29 de junio de 2017

Día de la melancolía
El 28 de junio se celebra el Día del Orgullo LGTB. Y así ha sido también en Lanzarote. Sin embargo la efeméride ha compartido cierto protagonismo con la melancolía que sienten los convocantes de la concentración para llenar de coches la Avenida dichosa. De repente no importa la cifra de asistentes, sino el mero hecho de que la gente haya salido a la calle, dicen en el PP. Desde luego un discurso bien distinto a cuando los 25.000 de la manifestación del no al petróleo les parecían pocos porque en casa se habían quedado muchos más. 'La mayoría silenciosa' llama Rajoy a eso. Y lo hace sin equivocarse porque sólo son tres palabras: 'La', 'mayoría' y 'silenciosa'. Incongruencias del discurso al margen (o no tanto porque a un partido político se le ha de exigir cierta coherencia) los del PP de Lanzarote estaban este miércoles bastante mustios. Lo mismo en Coalición Canaria. En el PIL llevan mustios desde que encarcelaron a su plana mayor, así que tampoco se les notaba demasiado distintos. Conservadores y nacionalistas no acertaban a comprender el poco arrastre popular. "Nosotros no hemos convocado nada", repetían una y otra vez en un vano ejercicio de auto convencimiento. "Ustedes no llevaron ni a los cargos públicos", les reprochaban desde una formación ni roja ni amarilla, sino intermedia. Y mientras, el Teniente de Alcalde agarrado a una pancarta y protestando contra sí mismo. ¿Coherencia, dijimos antes?
 
Irreversible
No tardó mucho la alcaldesa de Arrecife en recoger el mensaje lanzado desde la concentración: "La peatonalización de la avenida es irreversible" y, claro, más bajona para los entusiastas convocantes y los admiradores de los convocantes. Irreversible a menos, claro está,  que lo reversible sea el gobierno actual y, por tanto, su cargo. Para ello los melancólicos del miércoles deben ponerse de acuerdo y formar una mayoría suficiente para mandar al PSOE a sus cuarteles de invierno. Creo que en Lanzarote nunca ha habido nada de nombre similar al Pacto de la Melancolía. Quién sabe.  Luego están los dirigentes empresariales (pocos o ninguno viven en Arrecife, por cierto) deseosos de ser héroes del pueblo y condenados de nuevo a seguir organizando talleres de google maps porque no les sigue ni el Tato. ¿Y qué decir de los presidentes de las sociedades elitistas? En el Real Casino Club Náutico han organizado torneos de canasta con más participación y no digamos ya los Bailes de Chalanistas, ¡eso sí que es ambiente! Será que al Casino se le ha dado siempre mejor organizar saraos que manifestaciones. Así que el 28 de junio ha sido un día de lamentos, reproches, chasquidos de lengua, escaqueos, algún que otro cabreo y, para su pesar, un día más con la avenida semipeatonal. Tampoco se sabe muy bien para qué, pero bueno...
 
Pinchazo en hueso
Y ya que ha salido la alcaldesa por ahí, la mujer ha disfrutado estas últimas horas de una buena racha. Primero comprueba el fiasco de sus socios de gobierno y oposición (y las dos cosas juntas) en la citada concentración. Y poco después le llega la noticia del archivo, por parte de la Fiscalía, de la denuncia interpuesta por un trabajador del ayuntamiento que creía, en su buena fe, que había delito en la adjudicación de la gestión de multas a una empresa privada. “No consta debidamente acreditada la comisión por parte de la persona denunciada de un hecho susceptible de ser calificado como ilícito penal”, firma la Fiscal. Y que pase el siguiente. No obstante  al denunciante, que parece formar parte de esos valientes empleados públicos que va denunciando cosas y cosas, sobre todo cuando pierden pluses de productividad, categorías laborales previamente regaladas y tal, le ha dado tiempo de darse un garbeo mediático desde que mandó los papeles a la fiscalía hasta que se los han devuelto por si los quiere aprovechar para reciclar, si le apetece.  Conviene recordar, a título general, que llevar documentos a la fiscalía no significa más que eso: llevar los papeles. Y sería bueno esperar, antes de hablar,  si el Ministerio Fiscal ve indicios de delito o, como ahora parece ser el caso, le han hecho perder el tiempo.

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