El Diseminado de El Islote cierra el calendario festivo lanzaroteño
Han celebrado el concurso de la pesada del bicho, que consiste en calcular a ojo con la mayor precisión posible el peso de un animal, con premios tradicionales.
El verano acaba de echar el cierre hasta el año que viene. Las fiestas de Aguapata, en El Islote, cierran el calendario festivo del municipio de San Bartolomé y da nombre a una singular celebración del vino y de la vendimia. La clausura del verano abre paso a una nueva estación, mientras se degusta el vino de baja graduación que resulta de echar agua en el orujo pisado y apurado en el lagar.
LAS FIESTAS SE CELEBRAN DESDE 1996
La autenticidad de estas fiestas quizá obedezca al carácter disperso de la localidad y a su fisonomía rural, puede a que se asienta sobre bellas coladas lávicas, o a lo mejor a que el pueblo carece de iglesia y de santo. Como quiera que sea, la celebración habla de labores rurales, de parras y trasiegos, de enarenados y frutales, haciéndose un hueco en el programa festivo insular desde que se celebraran por primera vez en el año 1996.
El aguapata da nombre a la celebración y dicen que hay que beberlo el mismo día que se estrena porque enseguida se echa a perder, aunque las prisas nada tienen que ver con el ritmo pausado de las gentes de El Islote, y que se manifiesta en una celebración diferente a las demás. Está muy ligada a la tierra y a la cultura tradicional del campo, organizada y protagonizada por la vecindad y se caracteriza por su gran participación. Como debe ser: el vecindario es el protagonista.
EL CENTRO SOCIO CULTURAL ESTÁ EN REFORMAS
El centro socio cultural del Diseminado de El Islote se encuentra en reformas, pero sus inmediaciones acogen el grueso de la programación que se ha desarrollado a lo largo de estos días en este caserío disperso de menos de 500 habitantes. Generosa, la vecindad se agasaja entre sí y obsequia a los invitados con guisos, música y licores, estrechando lazos de cooperación, tanto en el momento de organizar las fiestas como en el de divertirse, unos vínculos en los que es preciso ahondar para mejorar las relaciones entre las y los residentes durante el resto del año.
Son unas fiestas para ellos y ellas y sus invitados. Han degustado aguapatas y platos típicos, han disfrutado con parrandas, han tenido concursos de postres y licores, han esquilado ovejas, han realizado una prueba de orientación nocturna con Senderismo Lanzarote, han organizado carreras de burros… Y han celebrado el concurso de la pesada del bicho, que consiste en calcular a ojo con la mayor precisión posible el peso de un conejo, una cabra o una gallina, obteniendo también premios tradicionales como un queso artesanal.
