Luis González Ramírez, uno de los hombres más generosos que ha conocido Lanzarote
Su vistosa casa modernista en la que veraneaba en la Caleta de Famara la entregó a la Iglesia, pero el edificio se ha ido desmigajando y parece que por fin va a ser restaurado
Del mecenas y bienhechor lanzaroteño Luis González Ramírez (El Islote, 1884 - Barcelona, 1950) son conocidas sus donaciones con fines culturales o educativos. Su vistosa casa modernista donde veraneaba en la Caleta de Famara la entregó a la Iglesia, pero el edificio se ha ido desmigajando víctima del mal de la maresía, aunque, parece que por fin se va a acometer su restauración.
DEVOCIÓN POR LOS ÁRBOLES
Del mismo modo, la Casa Palacio ‘Herrera y Rojas’, en La Villa, la regaló al Cabildo con fines museísticos; el edificio de la Casa de la Cultura ‘Agustín de la Hoz’ de Arrecife tenía en su origen un propósito educativo para niños sin recursos; sus libros fueron a parar a la Biblioteca municipal de Arrecife; y la fuente de la plaza de los Leones, en La Villa, la donó al pueblo de Teguise. No ha habido otro hombre tan generoso con su comunidad como él, aunque menos conocido es su devoción por los árboles.
Desde muy joven, se comprometió con la arborización de Lanzarote y el desarrollo agrícola, constata Maruchi Rodríguez Armas, del Archivo Histórico de Teguise. En 1916, ofrece un discurso a favor de los árboles en la Fiesta del Árbol de San Bartolomé. Con motivo de la celebración, se plantaron un buen número de ejemplares en la plaza principal del pueblo, delante del Ayuntamiento y de la iglesia parroquial. Acacias, eucaliptos y algarrobos aspiraron a otorgar sombra y frescor al espacio, pero, más de un siglo después, sólo sobrevive el eucalipto situado en la fachada sur de la iglesia.
ILUSTRADO Y COMPROMETIDO
En 1928, recoge Maruchi, la labor que realiza Luis González Ramírez contempla, entre otras acciones, la plantación de árboles en la mayor parte de las calles de la Villa, ya que había sido facultado por el Consistorio municipal para dirigir los trabajos de arbolado, tarea que había venido realizando por cuenta propia. De hecho, en el Archivo Histórico de Teguise se conservan los recibís de los trabajos de la alameda de la plaza de la Constitución, presentados regularmente por Luís Ramírez al Ayuntamiento.
Nacido en el seno de una familia pudiente, Luis Ramírez González era una persona ilustrada y comprometida con su tiempo, muy activa en el espacio público y deseoso de contribuir a la mejora de su comunidad. Su infancia transcurrió en la vivienda donde hoy se alza Bodegas La Florida. Fue consejero del Cabildo y alcalde de San Bartolomé en la antesala de la proclamación de la IIª República y falleció en Barcelona a los 66 años de edad, cuando peregrinaba a Roma.
HIJO ADOPTIVO DE TEGUISE
En 1946 fue declarado Hijo Adoptivo de Teguise y en La Villa tuvo una calle a su nombre, la calle Correos, desde 1930 hasta el alzamiento militar del general Franco. Sus restos yacen el cementerio católico de La Villa, cerrado para estos menesteres desde hace décadas. Comparte con sus familiares el llamativo panteón de estructura piramidal y de clara referencia masónica. Transcurrido alrededor de un siglo de aquellas plantaciones, para mucha gente el árbol sigue siendo un extraño en Lanzarote.
En fecha reciente, el Ayuntamiento de San Bartolomé ha recuperado las becas perpetuas al estudio que concediera en su momento Luis Ramírez González, y que se habían dejado de otorgar mucho antes de que concluyera el siglo XX. De las ayudas se podrán beneficiar de inicio once estudiantes de Lanzarote y La Graciosa. Cada beca estará dotada con 500 euros y se otorgarán a alumnos provenientes de familias que tengan dificultades notables para costear los estudios de sus hijos. Además, se otorgará una beca de residencia en un colegio mayor universitario, en la que quedará cubierta la alimentación y el alojamiento.