Elisa Corujo, geriatra: 'Hay vidas que son mucho más dolorosas que la propia muerte'

Elisa Corujo, geriatra y miembro del Comité de Ética Asistencial de Lanzarote, sobre la eutanasia: "Permite que la persona, hasta el último soplo, permanezca en la vida de manera digna. La muerte no es digna, lo es el preámbulo antes de que se produzca el fallecimiento".
El 18 de marzo de 2021 España se convertía en el quinto país del mundo en regular la eutanasia. Un paso más en la sociedad que nos hace pensar, una vez más, en la necesidad de hablar de la muerte como algo a lo que todos vamos a llegar.
Dejar de tener miedo es el primer paso para normalizar la muerte y entenderla como parte de la vida. Así lo ha manifestado Elisa Corujo, geriatra y miembro del Comité de Ética Asistencial de Lanzarote, en una entrevista para Biosfera TV, donde habla de la aprobación de esta ley y sobre la relación entre la muerte y la persona. "Evitamos hablar de la muerte convirtiéndola en un tema tabú, y eso hace que no entendamos muchas cosas".
"Afortunadamente, después de tantos años de lucha, se ha conseguido un nuevo derecho, un derecho que permite que la persona, hasta el último soplo, permanezca en la vida de manera digna. Porque la muerte no es digna, es digno el preámbulo de vivir antes de que se produzca el fallecimiento", añadía.
"Es esa persona la que está sufriendo, y, por tanto, la que decide"
Elisa también habló del proceso y la relación entre los profesionales y los pacientes: "No podemos tomar una determinación exclusiva, si solo vemos una ventanita de la persona a la que atendemos. Tenemos que saber todo, por eso el profesional que lleva el caso, suele ser aquel que ya lleva mucho tiempo con esa persona, y que la conoce bien. Siempre se nombra a un médico responsable, que es quien conoce toda la trayectoria de la persona, también hay un médico colaborador, y otro consultor", explica.
"En esa relación profesional se crea un lazo especial de amistad y colaboración, y surgen herramientas de comunicación para poder llegar al alma de esa persona".
En cuanto a la decisión final, aclara que, "si con lo que le ofrecemos como profesionales, resolvemos una determinada enfermedad o aliviamos el dolor y puede seguir con una calidad de vida aceptable, probablemente esa persona no pida una petición de final de vida. Pero, si a pesar de lo que se le ofrece, no puede continuar, es esa persona la que está sufriendo, y, por tanto, la que decide. Debemos ser honestos y solidarios", añade.