Las abejas negras y su excelente miel arraigan en Lanzarote

Las abejas negras conejeras se han ido abriendo paso con el aval de una miel de excelente calidad hasta alcanzar las 272 colmenas registradas en 2021. Se alimentan exclusivamente de plantas silvestres y viven en colmenas situadas cerca de las fincas. En la isla apenas llueve y la vegetación es escasa, por lo que la producción de las abejas es pequeña, aunque se trata de insectos muy laboriosos y productivos. En realidad, son abejas negras canarias, que toman su nombre de su característico aspecto oscuro.

La importancia de las abejas reside en que desempeñan un importante papel en la polinización de las plantas con flores. Además, contribuyen al equilibrio del ecosistema insular y al sostenimiento de la biodiversidad, participando de forma natural en la polinización de árboles frutales y productos hortofrutícolas. De las 272 colmenas censadas, más de la mitad de ellas se encuentran en Haría debido a la mayor presencia de vegetación en el municipio norteño frente al resto de la isla.

Las abejas trabajan duro y en equipo 

Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, permiten la reproducción de muchas plantas, incluidos los cultivos que son la base de nuestra alimentación. Las abejas son indispensables para la conservación de la biodiversidad y nos avisan de los riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales. Esto insectos son hábiles, trabajan duro y en equipo, y requieren muy poca atención por parte de los apicultores. 

Desde hace decenas de miles de años la abeja negra canaria está presente en todas las islas del Archipiélago, habiendo logrado una gran adaptación al medio. De hecho, los aborígenes isleños ya se dedicaban a la cría de abejas para obtener miel. Una peculiaridad de esta raza autóctona es la ausencia de agresividad. Se estima que un tercio de la alimentación humana depende de la polinización por insectos, la mayoría de los cuales se lleva a cabo por las abejas.

Federación Apícola Canaria

Integrantes de la Asociación de Agricultura y Ganadería Ecológica ‘La Tanganilla' pusieron en marcha el primer proyecto de apicultura en Lanzarote hace más de media docena de años, con el fin de conseguir la polinización natural de sus cultivos ecológicos. En torno a esta asociación surgieron productores que se opusieron a los plaguicidas, fungicidas y herbicidas y, a la vez, se propusieron conservar al máximo las propiedades naturales de los productos de la tierra, respetando de paso el medio ambiente. 

Los apicultores del Archipiélago se han organizado en torno a la Federación Apícola Canaria (FEDAPICAN) tiene como uno de sus objetivos la defensa y protección del medio ambiente, difundiendo a la sociedad la importancia para la biodiversidad de la abeja como insecto polinizador, imprescindible para la conservación de la flora autóctona presente en el medio natural de las islas y la polinización de cultivos, así como la defensa y protección de la abeja negra canaria.