AGUAS

Atrapanieblas en Lanzarote, si Casimiro Curbelo y el Ejército lo hacen, copia y pega

 Captanieblas instalados en el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) número 21, en Gran Canaria.
Captanieblas instalados en el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) número 21, en Gran Canaria.

Los sistemas para atrapar nieblas consisten en captar agua de la atmósfera que carece del potencial suficiente para caer a la tierra por sí sola

Atrapanieblas en Lanzarote, si Casimiro Curbelo y el Ejército lo hacen, copia y pega

Si Casimiro Curbelo y el Ejército lo hacen, no te preguntes por qué: copia y pega. La Gomera, 2021. El Gobierno de Canarias subvenciona la creación de huertos hídricos consistentes en parcelas con captanieblas para obtener un aporte extra al suministro de agua de uso agrario. De paso, ayudarán a la recuperación de los agroecosistemas tradicionales y a la reforestación, paliando los procesos de desertificación y la erosión.

Gran Canaria, 2023. El Ejército instala un innovador sistema para obtener agua en el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) nº 21, ubicado en la cumbre de la isla. La instalación consta de 12 recolectores, capaces de producir unas 200 toneladas de agua al año. Permite la obtención de agua a partir de la humedad del aire, en una ubicación más elevada que los depósitos de agua, de manera que permita su llenado por gravedad, sin necesidad de energía eléctrica y sin generación de residuos o de emisiones a la atmósfera.

Lanzarote, 2023. Llueve muy poco, no se debería regar en la agricultura con agua desalada y Canal Gestión reconoce que pierde en las redes de distribución cerca del 60 por ciento del agua que produce, pero la isla le da la espalda a los atrapanieblas. No obstante, hay un serio obstáculo si se quisiera instalar captanieblas: la altitud. EVA 21 se encuentra a casi 2.000 metros de altitud y la orografía en La Gomera es tan accidentada que no les quedó más remedio que aprender a comunicarse a través del silbo.

Atrapar nieblas, captar agua de la atmósfera

Los sistemas para atrapar nieblas consisten en captar agua de la atmósfera que carece del potencial suficiente para caer a la tierra por sí sola. Se trata de recolectar y almacenar las gotas de agua ocupando la mínima superficie horizontal. Las nieblas, producidas normalmente por nubes bajas que impactan contra una orografía escarpada, se pueden captar mediante la colocación de mallas especiales sobre una estructura de sustento. Estas mallas retienen las minúsculas gotitas de agua que flotan en el aire imitando al proceso que realizan las copas de los árboles, dando lugar a la llamada lluvia horizontal.

Así operan los bosques canarios o del famoso Garoé, el árbol santo del que mana agua en la isla de El Hierro, ya que los árboles son los principales obstáculos que causan la precipitación de niebla. Esto es así porque son los suficientemente altos para destacar por encima de la capa de aire cercana al suelo. En Lanzarote, el aire húmedo de origen marino es transportado por los vientos y asciende por las laderas escarpadas del macizo de Famara. Por esa razón, las superficies próximas a la cumbre se cubren de nieblas o neblinas, frecuente todos los meses del año, que ocasionan precipitación de niebla en los obstáculos que atraviesa.

Gran Canaria lideró un proyecto pionero en Europa con atrapanieblas

Una de las principales ventajas de esta técnica es obtener agua en cotas altas o medio altas, a partir de los 500 y hasta 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar. El caso es que Lanzarote no cuenta con altitudes significativas, por lo que no es posible aprovechar el soplo constante de los vientos alisios y tampoco se forman nubes al chocar contra los sistemas montañosos, como sucede en otras islas del archipiélago. Por lo tanto, no se produce la descarga de la humedad contenida en el mar de nubes que transporta los vientos alisios como en El Hierro, digamos.

Dado que no se trata de captar agua para que los turistas se duchen, sino se aprovechar los recursos naturales con fines agrícolas, cualquier iniciativa debería ser bienvenida. Apenas llueve en la isla y no por eso nos ha dado por entullir los aljibes. El Cabildo de Gran Canaria lideró un proyecto pionero en Europa para recuperar bosques y acuíferos con atrapanieblas y exportarlo a la cuenca mediterránea para combatir los efectos del cambio climático.

469 litros por metro cuadrado en las cumbres de Famara

El uso de los atrapanieblas no se ha generalizado en las cumbres de Lanzarote. Su escaso uso en la isla quizá obedezca a que no merece la pena el esfuerzo para obtener poca agua o quizá a su impacto visual. Como quiera que sea, la ausencia en la isla de capturadores de alisios, incluso de huertos hídricos captadores de nieblas, no tiene explicación aparente, sobre todo tras conocerse los resultados de los estudios realizados por Luis Manuel Santana Pérez: Humedad del aire en la cumbre lanzaroteña. Oportunidad de obtención de agua de niebla (2015).

En su informe, Santana Pérez hace referencia a una batería de atrapanieblas alineados en la época del ensayo de irrigación acometida en junio 2005 con agua de neblina/niebla en una repoblación arbustiva en la meseta de Famara. La precipitación captada en cada malla de los bastidores era canalizada y posteriormente distribuida a la plantación por medio de tuberías de riego por goteo. La cantidad de agua captada anual fue 469 litros por metro cuadrado. La precipitación media anual en Lanzarote tan solo es de 144,7 milímetros, así que las cuentas salen.

Las nieblas, un recurso hídrico más

La experimentación y los avances tecnológicos han dado lugar a captadores cuya relación coste-producción permite considerar a las nieblas, definitivamente, como un recurso hídrico más. Son un complemento al agua de lluvia o al agua desalada de forma práctica, rentable, sostenible e innovadora.
En la actualidad hay captadores con una obtención máxima de 1.074 litros/día y una vida útil superior a diez años, una gran superficie captadora de 56 metros cuadrados ocupando el mínimo espacio, sólo 1,6 metros cuadrados, reduciendo así la superficie ocupada y minimizando el impacto visual.

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