Los guirres vuelven a alzar el vuelo en los cielos de Lanzarote y Chinijo

Guirre. EFEverde

Lo que vemos volar de vez en cuando no son personas flacas y consumidas, tampoco enguirradas, sino el alimoche común al que llamamos guirre en Canarias

Los guirres vuelven a alzar el vuelo en los cielos de Lanzarote y Chinijo

Los guirres han vuelto a alzar el vuelo en los cielos de Lanzarote y el Archipiélago Chinijo, además de Fuerteventura, una isla en la que su población se muestra mucho más vigorosa. Pero, lo que vemos volar de vez en cuando no son personas flacas y consumidas, tampoco personas enguirradas —engurruñadas, encogidas o tristes, generalmente por frío o enfermedad—. Hablamos del ave con cuyo nombre se denomina en Canarias al alimoche común (Neophron percnopterus).

Esta ave rapaz es la única especie de buitre que vive en las Islas y es semejante a aquel, pero más pequeña. Algunos autores consideran que no estamos ante un guanchismo, entre ellos el mismísimo Viera y Clavijo, quien ya había dicho que la palabra ‘guirre’ resulta de la corrupción de ‘buitre’, “que, pronunciada primeramente por algunos, ‘guitre’, degeneró después en ‘guirre’”. A Trapero y Santana, autores de la Toponimia de las Islas Canarias, no les parece desencaminada la hipótesis etimológica de Viera y Clavijo. El Diccionario Diferencial del Español en Canarias dice que es voz onomatopéyica, y no guanchismo.

El guirre está en peligro de extinción

Cada primer sábado de septiembre se celebra el Día Internacional del Buitre, que se concreta en el archipiélago en el guirre o alimoche (Neophron percnopterus majorensis), un pequeño buitre con características específicas que lo diferencian de las poblaciones que habitan en el continente. El propósito de esta jornada es resaltar la necesidad de la conservación de estas aves y su importancia ecológica, ya que desempeñan un papel fundamental en la cadena alimentaria. Esto explica que sea imprescindible en todos los ecosistemas en los que habita, a pesar de lo cual está en peligro de extinción.

El guirre está incluido en los catálogos de Especies Amenazadas del Estado y de Canarias en la categoría en peligro de extinción. Por otro lado, el Libro Rojo de las Aves de España, lo considera en peligro crítico. El guirre se distribuía originariamente y hasta mediados del siglo XX en todas las islas del archipiélago, pero, en la actualidad, la población ha quedado relegada a las islas de Fuerteventura y Lanzarote y al Archipiélago Chinijo. Afortunadamente, los programas de conservación de la especie en estas islas han incrementado el número de ejemplares.

Con frecuencia visita basureros

En 2021 la población de guirres estaba formada por 402 ejemplares, de ellos, 191 adultos reproductores —171 en Fuerteventura y 20 en Lanzarote y los islotes de Alegranza y Montaña Clara— y 211 alimoches no reproductores. Su hábitat son los ambientes áridos y requiere lugares accidentados, riscos, barrancos e incluso acantilados costeros donde instalar sus nidos. Se desplaza diariamente al interior de las islas a los lugares de alimentación y sus dormideros. Se alimenta de carroña, insectos, lagartos y hasta caracoles.

Con frecuencia visita basureros y zonas donde habitualmente se arrojan despojos de animales domésticos. También aprovecha cadáveres de animales atropellados en las carreteras. De un metro y medio de envergadura, con el pecho y el vientre blancos, la espalda manchada de negro, blanco y castaño, y las alas con las guías de color negruzco, presenta un característico penacho desordenado de plumas en la cabeza y parte del cuello. La función de las aves de rapiña dentro del ciclo natural es una de las más importantes, dado que se alimentan de la carne descompuesta de otros animales muertos.

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