Los coches privados siguen siendo los grandes señores de las calles de Lanzarote

Una persona en Lanzarote queda constituida plenamente cuando obtiene el carné de conducir, compra su primer coche y se dedica a contemplar el paisaje a bordo
Un tramo de menos de 150 metros de longitud de la Calle Canalejas, inusualmente lleno de arbolitos recién plantados, acaba de ser peatonalizado en Arrecife y pronto entrará en funcionamiento. El mismo camino lleva un trecho de 200 metros de longitud en la Avenida Fred Olsen, delante de la playa El Reducto y que, en estos momentos, se encuentra en obras. Ambas suman un total de 350 metros de calles peatonales en curso, más los 20 metros de la Calle La Democracia, que provienen del mandato anterior y a las que cabe esperar que se unan muchos kilómetros más de vías peatonales en el futuro, pero que, de momento, no aparecen en la agenda política.
Personas en proceso, personas completas
Una persona residente en Lanzarote queda constituida plenamente cuando obtiene el carné de conducir, compra su primer coche y se dedica a recorrer la isla contemplando el paisaje a bordo. Hasta que llega ese momento, tan solo es una persona en proceso de ser completamente lanzaroteña. Este es el reverso de la moneda del sublime paisaje escénico insular, cuya contemplación invita a caminar mucho o a coger un coche, en cuanto se trata, en general, de un proceso muy íntimo y personal y, por ello, individual. A esta circunstancia se le une que, en Lanzarote, los automovilistas aspiran a llegar con sus coches a la puerta de su destino, y, a ser posible, intentan aparcar justo delante.
Sin transporte público decente, el vehículo privado se convierte en una herramienta imprescindible para contemplar la isla y para convertirnos en seres económicamente productivos. Por último, la posesión y el uso de un coche privado se han asociado tradicionalmente con el progreso económico y el éxito social, pero, al mismo tiempo, cada vez más se le relaciona con cosas negativas, como congestión, polución, ruido, accidentes, falta de actividad física… El mundo está cambiando: las ciudades con más éxito económico, ambiental, calidad de vida y bienestar son las que arrinconan a los coches. Así que, para variar, Arrecife y su conurbación se encuentran en una nueva encrucijada: ¿Se suben a ese tren con decisión o lo dejan pasar?
Sacar los coches de uso particular del centro
Entonces, ¿hay que sacar los coches del centro de las ciudades? Parece que sí, que por ahí apuntan las políticas de movilidad en las ciudades en nuestro entorno cultural. Del mismo modo que ya no es normal fumar en un recinto público cerrado, antes o después, el uso innecesario del coche en una ciudad será una reliquia del pasado. Los estudios realizados acreditan que la domesticación y, sobre todo, la erradicación de vehículos de uso particular hacen los centros urbanos más accesibles y atractivos, mejorando el comercio y el consumo.
El movimiento de sacar los coches de uso particular del centro de las urbes también supone, en paralelo, la construcción de espacios peatonales, carriles bici y zonas verdes. Sin salir de Canarias, estas políticas, aunque controvertidas, están siendo muy aceptadas y valoradas. La ciudad de La Laguna muestra una gran ebullición ciudadana desde que se cerraron al tráfico sus calles principales, y lo mismo ocurre en Las Palmas de Gran Canaria en las inmediaciones del Parque de Santa Catalina o la calle Triana y aledañas.