Ecotasa a la conejera

Ahora que vuelve a hablarse de una tasa turística en Canarias, conviene recordar que, en 2004, el Cabildo estudió la posibilidad de implantar una ecotasa a la conejera. Se estimó que atender las necesidades medioambientales de la isla requerían, en una primera fase, una inversión de 120 millones €. Las actuaciones a acometer iban desde el tratamiento de residuos a la restauración de zonas mineras, pasando por la recuperación de zonas de vertidos, limpieza de litoral, planes de recuperación de especies y hábitat, actuaciones sobre elementos del patrimonio, la reducción de los consumos de energía y agua, la reconversión del transporte hacia modos sostenibles o la limpieza y restauración de enarenados, entre otras.
 
CC y PP se oponen, de momento, a que se debata en el Parlamento la posibilidad de implantar una tasa turística en las Islas. Mientras se aclaran, o se mantiene el veto,  debe subrayarse que la Unión Europea no tiene problema alguno con los impuestos turísticos o las ecotasas. La única condición que exige es que no se discrimine a los ciudadanos europeos ni que afecte a la libre circulación de personas. Aquella propuesta, que se guardó en un cajón, proponía una tasa en 0,50 € por turista y día, calculándose una recaudación aproximada de 8 millones € anuales, cuya asignación sería finalista y no discrecional por parte de las autoridades políticas.
 
Una ventaja añadida que se detectó fue el potencial que albergaba la ecotasa para redistribuir la renta y la riqueza intersectorial e intermunicipalmente, mediante nuevas políticas locales de corte medio ambiental. Este planteamiento ayudaría, se supone, a superar en parte el viejo debate insular sobre la Carta Municipal y la diferenciación del potencial recaudatorio e inversor entre municipios turísticos y no turísticos. Por otro lado, debía perseguir con su aplicación reorientar aquellas conductas que ocasionen daño al patrimonio natural. Se conseguiría así atacar la deleznable idea de que tiene derecho a contaminar quien tiene recursos para pagar.
En la gaveta continúa. Bajo llave.

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