Insularidad y doble insularidad

Insularidad y doble insularidad

La insularidad y la doble insularidad llegan al Senado, que no todo va a ser hablar de la concentración de todos los ámbitos del poder y los centros de decisión en Madrid, en un extremo, y la España vacía, en el otro. A propuesta de los mallorquines, el grupo Socialista ha aceptado estudiar la creación en el Senado de una ponencia dedicada a analizar los problemas derivados de la insularidad, un asunto de mucho interés para las islas con poderío, como Mallorca, Gran  Canaria o Tenerife. Confiemos en que no se quede sólo ahí, ya que, en caso contrario, las restantes islas pudieran llegar a sentirse excluidas del debate.
 
Si se trata de diagnosticar los problemas de los archipiélagos balear y canario hay que poner sobre la mesa el problema de la doble insularidad, que es la insularidad duplicada que afecta a las islas que no ocupan la centralidad económica y política, como Lanzarote o Menorca. No les va a resultar fácil a sus señorías encontrar encaje a esta ponencia, dado su carácter transversal; es decir, la insularidad y la doble insularidad afecta a todos los órdenes de la vida y no sólo al mundo empresarial. Pero no queda todo en eso. Ya me imagino a los habitantes de Formentera o La Graciosa buscando un hueco para que sus demandas sean debidamente atendidas, que son los mismos, pero acrecentados: la triple insularidad.

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