Talento y torpeza

Sólo si se lidera la torpeza puede entenderse que Canarias se encuentre entre las comunidades autónomas con menor capacidad para atraer y retener talento en el conjunto del Estado. Es lo que se desprende del ‘Mapa del Talento en España 2019’, presentado hace un par de semanas por la Fundación Cotec para la Innovación y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. Junto con Canarias, en las últimas posiciones del ranking aparecen Murcia, Extremadura o Andalucía.
No se trata de presumir de Silicon Valley en el Archipiélago, ya que se halla en las antípodas de la meca de la investigación tecnológica, pero, al menos se podría desplegar cierta capacidad de captar y retener talento. No por capricho, sino porque redunda en una mayor productividad. El talento viene determinado por el nivel de vida y de progreso de una sociedad, así que cuanto más talento, mayor productividad, y cuanta mayor productividad, mayor renta por habitante. Y todo lo contrario, como sería el caso de Canarias.
Alguna responsabilidad tendrán los gobernantes de estas Islas en que, también en esto, estemos a la cola. Al igual que el talento llama al talento, la torpeza hace lo propio con los torpes, y así nos va. Los seis pilares fundamentales que condicionan el talento son facilitar, atraer, hacer crecer, retener, capacidades y vocaciones técnicas disponibles. Pero en esta región macaronésica parece que se ha impuesto lo contrario: entorpecer, alejar, disminuir, echar... Lo más dramático, con todo, es que Canarias tiene condiciones favorables para la atracción de talento, pero ante esta realidad, todo el que puede se larga y no vuelve sino unos días al año para visitar a la familia.