Calendario

El Día Internacional de la Felicidad pasa desapercibido en Lanzarote

Lanzarote
Lanzarote

Para las Naciones Unidas es imposible que haya bienestar y felicidad a no ser que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado

El Día Internacional de la Felicidad pasa desapercibido en Lanzarote

Cada 20 de marzo las Naciones Unidas celebran el Día Internacional de la Felicidad. La efeméride pretende reconocer el importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo. Pero, ¿qué podría ser un instante de felicidad en Lanzarote tal día como hoy? Depende de a quién le preguntes, puesto que para las decenas de miles de turistas que se encuentran hoy en la isla, la felicidad podría reducirse a estar de vacaciones en Lanzarote y disfrutar de un hermoso y soleado día de primavera en la playa, simplemente.

Si te inclinas por la población local, las respuestas son infinitas y de lo más variadas. Quizá las primeras luces de un amanecer, una puesta de sol en las Salinas de Janubio, el silencio en la Cueva de los Verdes, la sonrisa de un niño, un partidazo con victoria de tu equipo preferido, el olor del campo tras la lluvia, el hermoso paisaje de siempre que nos revela un nuevo matiz, una palabra amable en medio del caos urbano, emprender un viaje, volver a emocionarnos con la obra de César Manrique, la marina de Arrecife a marea vacía, emocionarnos con un poema, una muestra de afecto de una persona desconocida…

FELICIDAD Y BIENESTAR DE LA HUMANIDAD

Para las Naciones Unidas, sin embargo, la felicidad es otra cosa, aunque igual de solemne, y la vincula no con situaciones individuales, sino con el bienestar y la felicidad de toda la humanidad. Se trata de aspiraciones universales de los seres humanos y, por ello, deben incluirse en las políticas de gobierno, y no sólo en las constituciones. El Día Internacional de la Felicidad fue una iniciativa de Bután, el pequeño país que desde principios de los años 70 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Interior Bruto.

Para las Naciones Unidas es imposible que haya bienestar y felicidad a no ser que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y el bienestar de todos los pueblos. Por ello, hace varios años que propuso 17 objetivos de desarrollo sostenible que pretenden poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad y proteger nuestro planeta, tres aspectos fundamentales que contribuyen a garantizar la prosperidad y la felicidad de toda la humanidad.

LO PRIMERO, ACABAR CON LA POBREZA

El primer objetivo es poner fin a la pobreza, a lo que sigue erradicar el hambre y conseguir la seguridad alimentaria. Esto es lo más básico. Los siguientes objetivos son garantizar la salud y el acceso a la educación en todos los rincones del mundo, con el fin de reducir la brecha entre sociedades ricas y pobres. Le siguen la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, el acceso al agua y el saneamiento, y la energía, por supuesto renovable.

El octavo es el crecimiento económico sostenido, seguido de la provisión las infraestructuras básicas para el desarrollo y la reducción de las desigualdades entre países y dentro de ellos. Disponer de ciudades habitables y a escala humana sería el objetivo número once, al que siguen la producción y el consumo sostenibles y la adopción de medidas eficaces para contener el cambio climático, incluyendo el cuidado de los océanos y de los seres que los habitan. Los últimos son la conservación de los bosques, la lucha contra la desertificación y el cuidado de la diversidad biológica, y la consecución de la paz y la justicia.

Sin desmerecer el instante de felicidad que proporciona el giro espinosiano de las hojas de una palmera o el hermoso paisaje de siempre que nos revela un nuevo matiz, los objetivos de las Naciones Unidas es lo que de verdad nos compromete como miembros de una humanidad compartida.

Comentarios