Territorio Sibarita: una cuestión de gusto

Le demos las vueltas que le demos, un sibarita es alguien de gustos refinados y cierta tendencia al lujo. Sin embargo lujos hay muchos, muy variados y no todos son necesariamente caros.

 

Pregunta. ¿Para ser un sibarita qué es más necesario tener, buen gusto o dinero?

Respuesta. De entrada dinero no. Yo diría que tener cierto conocimiento, cierta curiosidad. Tener los sentidos dispuestos a probar de todo, a confiar en el que sabe. Sólo con dinero no se disfruta. También es cuestión de prioridades, hay quien gasta mucho en el coche y poco en vinos y otros que lo hacen al revés.

 

Hablan Isabel Marcial y Eugenio Bermúdez, la pareja que hace casi cinco años puso en marcha Territorio Sibarita, aun a sabiendas de que otras experiencias similares habían durado dos telediarios. “Éramos conscientes de que esto sería, y sigue siendo, muy duro” explica Bermúdez desde la parte alta del local de la calle Otilia Díaz. “Pero también sabíamos que no nos podíamos quedar sólo en la  tienda: limitarnos a poner mercancía y esperar que entraran clientes”. Así que idearon  dos espacios: la tienda, abajo, y un lugar donde ofrecer catas, maridajes, talleres y, en definitiva, experiencias gastronómicas, en la parte de arriba.

 

P. O sea, meter al cliente dentro...

R. Eso es. Hacer que conozca los productos que ofrecemos desde su propia experiencia, bien aquí o en restaurantes con los que también hemos colaborado. 

 

P. ¿Y qué tipo de cliente tiene Territorio Sibarita?

R.  El que le gusta todo esto. Apasionados de productos de calidad y gente que quiere tener un detalle con aquellos a los que les gustan los productos. También gente que quiere probar.

 

Isabel y Eugenio son también distribuidores para Canarias de las bodegas cuyas referencias ofrecen en la tienda. La inmensa mayoría procedentes de pequeños productores quizá no reconocidos a nivel de premios pero de una calidad más que contrastada. La gama de productos van desde una lata de anchoas de Santoña hasta un jamón ibérico puro de bellota pasando por vinos de las más variadas DO, encurtidos, arroces, legumbres, pastas, chocolates....

 

P. Dime qué tengo que probar antes de irme

R. (Isabel) La ventresca ahumada artesanal que hacen un grupo de jóvenes del norte de la península. Realmente exquisita. Y los patés de aceitunas de Aragón. Puro sabor. También el arroz valenciano, de producción familiar; las cinco variedades (Bomba, Albufera, Integral, Marisma y Sénia). O las anchoas de Santoña...

 

P. Y de Lanzarote, ¿hay algún producto que pudiera vivir en este territorio?

R. (Eugenio) Las legumbres (sin dudar). Y también la batata de jable, y de secano, algunos vinos, la papa bonita yema de huevo cultivada en Los Valles, el queso, mermeladas, miel, las sandías y melones de secano...

 

P. Has enfatizado las legumbres y la expresión “sólo algunos vinos”...

R. Es que soy un apasionado de las legumbres. En Lanzarote las hay muy buenas, empezando por las lentejas, naturalmente. Y en cuanto a los vinos... yo con esto soy muy crítico. Me atrevería a decir que tenemos dos de las mejores uvas del mundo y, sin embargo, hacemos demasiados vinos vulgares. Creo que el problema está en saber de antemano que todo lo que se hace está vendido.

 

P. Pues no está mal la de productos locales que caben en Territorio Sibarita

R. Por eso decía antes que la calidad no siempre está en las grandes marcas. ¿Alguien duda de la calidad de nuestras legumbres, nuestros quesos, la batata de jable y secano....? ¿Y quién no puede comprar esta calidad?

 

P. Tenemos producto, ¿Nos falta marketing?

R. En muchos casos sí, por ejemplo, para que se entienda el por qué un vino cuesta lo que cuesta. Si el cliente no sabe las fatigas que se pasan en el campo puede que dude. Pero en cuanto ve los hoyos de La Geria y se le explica, se acabó la duda. Yo, de Saborea Lanzarote, en lugar de ir a Madrid Fusión, iría a Fitur, a por e público en general. Y a Madrid Fusión no llevaría nuestros cocineros, sino que contaría con un chef de prestigio que trabajara con productos nuestros y los pusiera en valor a nivel internacional.

 

P. Traer productos exclusivos, en pequeñas cantidades, y de productores pequeños... ¿Qué tal de aduanas, IAEM y demás?

R. (Eugenio) Ya te puedes imaginar. Aquí pagamos el coste del transporte, la aduana, el impuesto revolucionario, que es como yo llamo al IAEM (dicen que es para proteger al agricultor y el agricultor no ve ni un céntimo)...Hay que negociar mucho para ajustar los precios

R. (Isabel) Y añádele a todo esto el cierre de la Avenida, que nos ha causado bastantes perjuicios

R. (Eugenio) Seguimos abiertos porque nos gusta demasiado todo esto.