Medio Ambiente

La falta de árboles, la razón de la tristeza de la ciudad de Arrecife

Plaza del Almacén en Arredife
Plaza del Almacén en Arredife
La falta de árboles está muy ligada a la tristeza de la propia ciudad y de sus habitantes, y hay quien dice que también está muy unida a la falta de lucidez política
La falta de árboles, la razón de la tristeza de la ciudad de Arrecife

La falta de árboles en los núcleos urbanos está muy ligada a la tristeza, la de la propia ciudad y la de sus habitantes. Y hay quien dice que también está muy unida a la falta de lucidez política. Cuantos menos árboles, mayor número de personas afligidas, una situación que no parece que vaya a cambiar a la vista de la ausencia de alcorques en las obras que el ayuntamiento está ejecutando en estos momentos.

Si esto no fuera cierto, que no lo parece, si no pudiera probarse que hay una relación directa entre la cantidad de árboles en una ciudad y lo radiantes o no que parece su ciudadanía, habría que extender el bulo.

Habría que muñir una gran conjura para que las autoridades se pongan a plantar árboles como si en ello les fuera la vida. Afortunadamente, está acreditado que mejoran la salud y el bienestar de las personas.

HAY QUIENES ADOPTAN ÁRBOLES Y QUIENES LOS ABRAZAN

Hay quienes viajan para ver árboles. Hay quienes se sientan delante del televisor para ver árboles. Hay quienes adoptan árboles, quienes los abrazan y también quienes los plantan en los jardines de sus casas.

Lo que no abunda son autoridades sembradoras de árboles en el espacio público urbano, principalmente porque creen que las ciudades no los necesitan.

Con esto de los árboles, la ciudad y su comunidad se empobrecen cuando un concejal o concejala no sabe ni tiene interés en saber y ni siquiera le interesa identificar a quienes saben.

Por eso resulta agotador esforzarse en que el supuesto concejal/a entienda que el árbol tiene mayor protagonismo que la arquitectura y el urbanismo en las ciudades, y que tiene más capacidad de transformación de los espacios urbanos, degradados o no.

En las ciudades, el árbol está más próximo a la cultura que a la vegetación. Está incluso mucho más cerca de la cultura política urbana que de los estatutos de los partidos políticos. Algo que no sabe, ni quiere saber, nuestro supuesto cargo público municipal, sea él o ella, de derechas o de izquierdas, de anteayer o de ayer, de arriba o de abajo, de dentro o de fuera.

PLANTA HOY UN ÁRBOL EN LA CIUDAD

La calidad de vida de una urbe no sólo se mide por su nivel de renta y riqueza, por el volumen de sus infraestructuras o por su grado de desarrollo. Hay que tener en cuenta otros factores, como las áreas verdes.

Un ejemplo: Singapur. La ciudad-estado más próspera del mundo, carísima y símbolo de modernidad, tiene una extensión menor que Lanzarote, pero sobresale por su inigualable cantidad de parques y aéreas verdes que ocupan la tercera parte del territorio. Y parecen felices los singapurenses…

No es necesario llegar tan lejos como la práctica japonesa de baño forestal, que reduce la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la producción de las hormonas del estrés, estimula el sistema inmunológico y mejora los sentimientos generales de bienestar.

Está científicamente comprobado. Ahora bien, si hasta nuestras abuelas saben que el aire del campo es saludable, traigámoslo a la ciudad y plantemos árboles en ella. Es la única manera de transformarla y embellecerla en muy poco tiempo.

Así que, ahora que se aproximan unas elecciones, si quieres salir de la ciénaga para convertirte en concejal/a, no hables: ve y planta hoy un árbol en un rincón de la ciudad y déjalo crecer.

Eso sí, elige bien la especie. Y mañana planta otro, y pasado otro… Los beneficios son inmediatos. Los árboles cargan de energía a las personas, ayudan a entender el sentido [de la vida en y de] las ciudades, dulcifica el carácter agriado por la actividad política de bajo vuelo, estabiliza la salud emocional y mental y, con suerte, si los abrazas y te aceptan, algún día puedes llegar a ser un gran alcalde. O alcaldesa

Los beneficios del árbol

Lo saben hasta las hormigas: los árboles son muy beneficiosos para el medio ambiente urbano. Cumplen varias funciones que benefician a la ciudad y a sus habitantes.
A saber. Mejoran la calidad del aire, reducen la contaminación atmosférica y retienen los polvos y partículas que se mantienen en el ambiente, lo cual es estupendo para combatir la calima. Además, actúan de barreras acústicas reduciendo el ruido que ocasiona la movilidad motorizada.
Más todavía. Regulan el clima, ya que aumentan la humedad del ambiente y disminuyen la temperatura en verano y la aumentan en invierno, además de generar corrientes de aire y constituir pantallas contra el viento y, sobre todo, contra los rayos solares: ¡bendita sombra!
Otro beneficio que aportan es que sirven como morada para las aves, que alegran la ciudad con su presencia y cantos. Asimismo, ocultan la abundante o mala edificación y reverdecen las ciudades, proporcionando a sus ciudadanos beneficios estéticos, sociales y psicológicos.
Atención interesados: la planificación de paisajes urbanos con árboles puede aumentar el valor de una propiedad en un 20 por ciento y atraer turismo y negocios.

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