En la isla hay 308 paradas en uso
Guaguas y accesibilidad, queda tarea por hacer
En 64 paradas de guaguas hay un desnivel para acceder a ellas, mientras que 53 no cuentan con zona de espera habilitada. Sólo la mitad dispone de marquesinas.
El acceso al transporte está reconocido constitucionalmente. Por eso, cada vez hay más vehículos adaptados que se dedican a transportar viajeros que padecen problemas de movilidad. Pero, con mayor frecuencia de la deseable, el problema no está en el vehículo sino en sus plataformas de acceso. ¿Son accesibles las estaciones y paradas preferentes que hay en la isla? ¿Lo son las paradas existentes por toda la geografía insular?
Las preguntas tienen todo sentido, ya que no sólo cogen la guagua las personas que están en forma. También lo hacen ancianos, padres y madres con un bebé en el carro, invidentes acompañados de perros guía, personas cargadas con bultos o maletas, ciclistas con la bici a cuestas, convalecientes con muletas, mujeres en avanzado estado de gestación, personas en silla de ruedas o con diferentes grados de discapacidad física…
Cuatro de cada diez usuarios potenciales tienen limitada su movilidad
Al tener en cuenta todos estos casos, resulta que cuatro de cada diez usuarios potenciales del transporte público tienen limitada su movilidad. Por eso, moverse en vehículos colectivos es un asunto muy serio que debe ser garantizado por los poderes públicos. Así que no basta con poner más guaguas, aumentar sus conexiones o incrementar su frecuencia.
Lanzarote cuenta con la Estación de Guaguas de Arrecife, el Intercambiador situado frente al Parque Temático, la Estación de Guaguas de Playa Blanca y las Paradas Preferentes de Puerto del Carmen y el Aeropuerto. Como el derecho a la accesibilidad significa no discriminar a las personas con dificultades para moverse, todas las infraestructuras asociadas al transporte deben reunir una serie de requisitos. Por lo tanto, y con el fin de garantizar la autonomía personal y hacer efectiva la igualdad de oportunidades, no basta con eliminar los obstáculos que se encuentran en el preciso momento en que una persona sube o baja a una guagua, sino que todo ha de ser accesible, desde los mostradores de atención al público hasta los aseos.
El coste de la adaptación integral y las mejoras es de unos 2,5 millones euros
En julio de 2017 se difundió un estudio de mejora de la accesibilidad universal de las infraestructuras del transporte público en Lanzarote, encargado por el Cabildo. Por él supimos que en la isla hay 308 paradas de guaguas en uso. Son un montón. Pero, ¿están en perfecto estado de revista? Va a ser que no. Según el citado estudio, en 64 paradas hay un desnivel para acceder a ellas y 53 no cuentan con zona de espera habilitada. Eso equivale a la tercera parte de las paradas. Hay tarea, pues, consistente en eliminar los desniveles que obstaculizan o impiden la movilidad y en habilitar zonas de espera.
Además, sólo la mitad de las paradas cuentan con marquesinas, por lo que en la otra mitad los usuarios están expuestos a las inclemencias del tiempo, el viento y la exposición solar, básicamente, porque lluvia poca. Otros datos relevantes son que la inmensa mayoría de las paradas están señalizadas y 219 disponen de asiento. Finalmente, una docena carece de información sobre los horarios de las guaguas.
El coste de la adaptación integral y las mejoras en las paradas de la isla es de unos 2,5 millones de euros.