La isla debería contar con unas 680 plazas
La putada de ser viejo y dependiente en Lanzarote
Se necesitaría el cuádruple de plazas residenciales geriátricas de las hoy existentes para situarse en el óptimo de cuatro por cada cien personas de 65 años o más.
Fuerte putada llegar a viejo siendo dependiente y sin recursos en Lanzarote. El sector de las residencias geriátricas está experimentando un gran incremento en España, y, durante los próximos años, será uno de los nichos de mercado que más crezca debido al acelerado envejecimiento de la población y la carencia de plazas residenciales. Pero aquí, en esta isla, o no se han dado cuenta o los ancianos importan bien poco.
Para conocer la situación del mercado de las residencias, se utiliza una ratio que se basa en el número de plazas residenciales respecto al número de personas mayores de 65 años. En concreto, la ratio de plazas residenciales por cien personas de 65 y más años mide y compara este equipamiento. Se considera que una situación equilibrada es aquella que posee un ratio de un 4%, es decir, cuatro plazas geriátricas por cada cien personas de 65 años o más.
En la isla hay sólo 1,05 plazas geriátricas por cada cien habitantes de 65 años o más
Hay en Lanzarote actualmente más de 17.000 personas con 65 años de edad o más. Sin embargo, el número de plazas socio sanitarias (con residencia y elevado nivel de dependencia) en residencias geriátricas es de sólo 164, contabilizando las públicas y las privadas, según datos oficiales del Cabildo. De ello se deduce que en la isla hay sólo 1,05 plazas geriátricas por cada cien habitantes. Es decir, el sector en Lanzarote necesitaría el cuádruple de plazas de las hoy existentes para situarse en el óptimo del 4%. Dicho de otro modo, y aunque la calidad de vida y el estado de salud de los ancianos es cada vez mejor, la isla debería contar con unas 680 plazas, así que faltan muchas, muchísimas.
La situación de Lanzarote es peor que la del conjunto de Canarias, ya que, con el 1,6%, se encuentra en el vagón de cola en el país en materia de plazas residenciales geriátricas, ya que ocupa el antepenúltimo lugar entre las comunidades autónomas, sólo por delante de Ceuta y Murcia. Los motivos más comunes por los que los mayores van a vivir a una residencia son la soledad y la búsqueda de compañía, por motivos de salud (deterioro de salud, disminución de autonomía personal), por no poder valerse por sí mismo/a y por no molestar a la familia.
En las residencias se ofrecen servicios de desarrollo personal y atención socio-sanitaria
Una residencia de personas mayores es un centro gerontológico en el que viven temporal o permanentemente personas mayores en la mayoría de los casos con determinado grado de dependencia. En las residencias se ofrecen servicios de desarrollo personal y atención socio-sanitaria. Por ello las residencias disponen de un equipo de profesionales adecuados con formación gerontológica específica, pero formados en diferentes especialidades.
La variedad y la intensidad en la prestación de servicios pueden ser muy diversas. Normalmente existen unos servicios mínimos regulados por ley que suelen incluir la manutención, estimulación de capacidades funcionales, dinamización sociocultural, atención sanitaria, ayuda a la integración social y terapia ocupacional. Además, se suele ofrecer un servicio médico, enfermería, atención psicológica lavandería, acogida y convivencia, soporte familiar, transporte y administración de fármacos.
Los mayores ante la soledad
A la hora de ingresar en la residencia, tiene más importancia evitar la soledad para las personas más mayores (85 años y más). La salud, sin embargo es más importante entre las mujeres, sobre todo, las menores de 85 años, mientras que los motivos familiares cobran importancia a medida que lo hace la edad del residente.
El porcentaje de personas mayores de 65 años respecto al total de la población aumenta cada año. Actualmente, más del 16% de la población española tiene más de 65 años. Se espera que esta elevada demanda de plazas se mantenga durante los próximos 15 ó 20 años, lo que se debe a factores diversos como el envejecimiento de la población, aumento de la esperanza de vida y de la dependencia o cambios sociales que implican la disminución de la ayuda informal.
La tendencia que arroja la evolución de la población, y su distribución por edades, es que ese segmento siga aumentando tanto en términos porcentuales como absolutos en los próximos 10-15 años. En cuanto a las cifras de facturación globales del sector, las residencias de titularidad privada facturan al año en España unos 1.300 millones de euros.