NATURALEZA
Tres islotes para una reserva natural integral en el Archipiélago Chinijo

Para la aves se trata de una zona de nidificación y refugio de gran importancia, con una alta concentración de especies marinas y terrestres, tanto autóctonas como migratorias.
Una parte del Archipiélago Chinijo goza de la máxima protección por la legislación canaria: reserva natural integral. Esta reserva está delimitada por el perímetro, medido a partir de la línea de bajamar escorada, del islote de Montaña Clara, del Roque del Oeste y del Roque del Este. Junto a La Graciosa y Alegranza, conforman un conjunto de islotes conocido como Archipiélago Chinijo. Lo llamamos así porque está compuesto de islas muy pequeñas, pero a pesar de su reducido tamaño alberga auténticos tesoros naturales.
La Reserva Natural Integral de los Islotes cuenta con una superficie de 165,2 hectáreas, que representa un 0,47% del territorio insular protegido de Lanzarote y La Graciosa. Insignificante, es cierto, pero está incluida en el listado de Zonas Especiales de Protección para las Aves (ZEPA), ya que en este espacio sobresale la presencia de diferentes especies de aves incluidas en la Directiva de Aves de la Unión Europea. Su valor científico es enorme, a pesar de que todavía haya personas entre nosotros que sólo ven el valor culinario de una fritura de pardelas (Calonectris diomedea).
Para la aves se trata de una zona de nidificación y refugio de gran importancia, con una alta concentración de especies marinas y terrestres, tanto autóctonas como migratorias. Además la existencia en algunos puntos de yacimientos paleontológicos añade más interés científico a este espacio. Su belleza está fuera de toda duda, sobre todo cuando los días luminosos y despejados despliegan toda la panorámica desde los altos del risco de Famara.
Montaña Clara, el Roque del Este y el Roquete forman parte de este espacio
Montaña Clara no alcanza los tres kilómetros cuadrados de extensión y debe su nombre a los tonos claros de su superficie. Está situada entre la Graciosa y Alegranza, su altitud máxima es de 256 metros sobre el nivel del mar y presenta unas vistas espectaculares desde la playa de las Conchas. Es la principal colonia de cría de especies de aves marinas tales como el halcón Leonor (Falco eleonorae), la pardela Cenicienta (Calonectris diomedea) o los escasos paíños (Hydrobates pelagicus).
Justo al lado de Montaña Clara se erige el Roque del Oeste, el más pequeño de todos los islotes que forman el Archipiélago Chinijo. Es un monolito de piedra casi inaccesible que surgió como resto de un cono volcánico de materiales basálticos que ha sido desmantelado por la erosión. Ocupa seis hectáreas de superficie y también es conocido como Roquete o Roque del Infierno, por su aspecto inhóspito y su color negro.
Desgajado de los anteriores aparece el Roque del Este, a poco más de diez kilómetros al este de Lanzarote, el punto más oriental del Archipiélago canario. Su superficie es de apenas siete hectáreas y está habitado por una subespecie de lagarto (Gallotia atlantica) propia del lugar. Se encuentra en pie de puro milagro, ya que en el pasado fue utilizado como blanco para las prácticas de tiro de los buques de la Armada.