30N | DÍA DE LA ACUICULTURA

En jaulas marinas o en tierra, el dilema del cultivo de peces en Lanzarote

Acuicultura. Imagen de archivo.
Acuicultura
El Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura define cinco grandes áreas de jaulas marinas que, en total, abarca más de 35,5 millones de metros cuadrados de superficie
En jaulas marinas o en tierra, el dilema del cultivo de peces en Lanzarote

La eclosión de la acuicultura se basa en que la explotación pesquera convencional en los mares se estancará en las próximas décadas, por lo que la cría en cautividad de especies acuáticas será la única opción para satisfacer la creciente demanda de pescado entre la población. Por eso, cada vez es más frecuente consumir pescado fresco producido en granjas marinas. El pescado criado en una jaula marina alivia la presión sobre los recursos naturales, genera valor añadido y permite atender la demanda.

Lanzarote participa del cultivo de peces en granjas marinas desde hace años. Las jaulas situadas en aguas de Playa Quemada alimentan una planta envasado situada en Puerto de Naos, con capacidad para empaquetar y procesar 50 toneladas diarias de pescado. Su capacidad de producción anual es de unas 2.000 toneladas de dorada y lubina. No obstante, la nefasta experiencia de Playa Quemada ha ocasionado una frontal y casi unánime oposición a la implantación de jaulas marinas en el litoral de la isla. Tanto el Cabildo como los ayuntamientos afectados, además de los agentes económicos y sociales, las cofradías de pescadores y las organizaciones ambientalistas han manifestado su oposición a la presencia de jaulas marinas, debido a sus impactos ambientales.

35,5 MILLONES DE METROS CUADRADOS DE SUPERFICIE

El desarrollo potencial de la acuicultura en Canarias viene definido en el Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura (PROAC), aprobado en 2018 por el Gobierno presidido por Coalición Canaria. En Lanzarote concreta cinco grandes áreas de jaulas marinas que, en total, abarca más de 35,5 millones de metros cuadrados de superficie. Salvo ciertos intervalos del litoral que quedarían libres, las jaulas marinas podrían extenderse teóricamente desde la playa de Las Cucharas, en Costa Teguise, hasta Montaña Roja, en Playa Blanca.

La instalación de granjas de peces entre Costa Teguise y Playa Blanca, a lo largo de varias decenas de kilómetros de costa, coincide precisamente con los espacios donde se concentra el mayor desarrollo urbano y turístico de la isla, que concentra más del 80 por ciento de la población residente, la mayor parte de las playas de uso turístico y la casi totalidad de la oferta alojativa hotelera y extrahotelera. Casi nadie duda que es una propuesta desproporcionada y afectaría de forma muy negativa a la actividad turística y a los equilibrios ecológicos marinos en una isla declarada Reserva de la Biosfera.

PISCIFACTORÍAS EN TIERRA

Cada 30 de noviembre se celebra en España el Día de la Acuicultura, que persigue transmitir la sostenibilidad —tanto ambiental como social y económica— de la industria de la acuicultura. Así las cosas, ¿Cuál podría ser la alternativa en Lanzarote? La solución podría pasar por instalaciones situadas en tierra orientadas solo hacia el abastecimiento del mercado interno, en términos de absoluta seguridad medioambiental y alimentaria y mínimo impacto visual. El problema, de momento, radica en que el Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT), en vigor desde 1991, no contempla la posibilidad de instalar piscifactorías en tierra.

Hace unos años una iniciativa se tropezó con la limitación legal del PIOT al intentar crear una piscifactoría en alguna de las muchas salinas existentes en Lanzarote. El promotor tenía en mente criar pepinos de mar, unos animales marinos de la clase ‘Holothuroidea’ que pueden comerse frescos o secos en diversas recetas de cocina. La mayoría de las culturas del este y sureste asiático consideran al pepino de mar una delicia gastronómica, llegando a pagar entre 300 y 500 euros el kilogramo, unas cifras que se disparan si el destinatario es el mercado chino.

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