Un desfile de moda para dar un grito de auxilio por la plaga que asola las tuneras de Lanzarote
La Asociación Milana organizaba este viernes en el centro sociocultural La Tegala de Haría el desfile de moda “Lágrimas de sal” con diseños de ropa tintados en cochinilla con el objetivo de dar “un grito de auxilio” por la situación que atraviesan los cultivos de tunera y la cochinilla en la zona norte de Lanzarote por la plaga de cochinilla asilvestrada que está asolando estas plantaciones. Un evento que tuvo lugar dentro de la Semana Cultural de la Asociación Milana para conmemorar los 200 años de la llegada de la cochinilla a Lanzarote.
"Lágrimas de Sal" forma parte de la colección "Media Lúa" creada por la diseñadora Regina Ferragut para “reflexionar profundamente sobre nuestra querida isla de Lanzarote. Si nuestra isla pudiera sentir, seguramente lloraría al ver lo que estamos haciendo con ella. Este desfile no es solo una muestra de moda, sino un poderoso mensaje sobre la necesidad de cuidar y preservar nuestro entorno.”, destaca la diseñadora.
Desde la Asociación Milana, presidida por Chana Perera, se destaca que esta plaga “comenzó a devastar tanto a la tunera como a nuestra preciada cochinilla, poniendo en riesgo una tradición que ha sido fundamental para nuestra identidad y economía. La cochinilla, que una vez cubría nuestros campos y teñía de rojo nuestras telas, ahora solo queda en los recuerdos y en los sacos de aquellos que aún la conservan”, añaden.
Según la diseñadora “esta colección es una manifestación de nuestra tristeza y preocupación, pero también de nuestra esperanza y determinación para cambiar el rumbo y proteger lo que nos queda. Que estas "Lágrimas de Sal" nos muevan a todos a cuidar más de nuestra isla y a trabajar juntos por un futuro más sostenible y respetuoso con nuestro entorno”. Regina Ferragut, ex alumna del CEIP las Mercedes, es graduada en Diseño y Moda por la Universidad Rey Juan Carlos.
En el desfile, que fue presentado por la comunicadora Obe Rosa, participaron con sus coreografías los alumnos de la Escuela de Baile "Báilame", dirigida por Lucía López.
La cochinilla no sólo transformó el paisaje de Lanzarote, cubriendo sus campos con su característico color blanquecino, sino que también trajo consigo una riqueza incalculable a través de la producción de carmín, el preciado tinte rojo natural. Este tinte ha sido históricamente uno de los más valorados y ha dado fama a Lanzarote en mercados internacionales. “Es por ello que hoy, más que nunca, queremos rendir homenaje a este pequeño insecto y a todo lo que ha significado para nosotros”, destaca la Asociación Milana.
